Juan Pablo II alienta la labor evangelizadora de la Orden de Malta

Al recibir al gran maestro, Fra Andrew Bertie

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CIUDAD DEL VATICANO, martes, 22 junio 2004 (ZENIT.org).- Juan Pablo II manifestó este martes el aprecio que siente por la labor evangelizadora que realiza la Soberana Orden de Malta, especialmente a favor de los más necesitados, al recibir en audiencia al príncipe y gran maestro, Fra Andrew Bertie.

«Aprovecho con gusto esta ocasión para hacer llegar mi saludo a todos los miembros de esta benemérita institución que opera en varias partes del mundo», afirmó el Santo Padre en el discurso que dirigió a su huésped.

«La Santa Sede aprecia a los numerosos servicios que rinde a la causa de la evangelización y, en particular, las múltiples iniciativas de bien que promueve constantemente a favor de los necesitados».

La Orden de Malta es una de las más antiguas órdenes religiosas católicas, siendo fundada en Jerusalén alrededor del año 1050. Al mismo tiempo, goza del reconocimiento de las naciones de identidad independiente (con soberanía propia) de Derecho Internacional.

La Orden, cuya misión se define en el lema «La defensa de la fe y el servicio a los pobres» comenzó administrando una hospedería para cuidar y albergar a los peregrinos que iban a Tierra Santa.

Hoy día ña mayor parte de los 10.000 Caballeros y Damas de la Orden son miembros laicos. «Aunque no hayan profesado ningún voto religioso, todos están dedicados al ejercicio de las virtudes y caridad cristianas, comprometidos a desarrollar su espiritualidad en el ámbito de la Iglesia y dedicar sus energías a servir al prójimo», aclaran sus superiores.

La Orden se convirtió en militar para proteger a los peregrinos y a los enfermos y para defender los territorios cristianos en Tierra Santa. Después de la pérdida de Malta (1798) la Orden dejó de ejercer esta función.

La Orden de Malta trabaja en el campo de la asistencia médica y social y de la ayuda humanitaria, en más de 110 países, apoyada por las relaciones diplomáticas que mantiene actualmente con 92 estados.

Tiene hospitales, centros médicos, ambulatorios, residencias para ancianos y minusválidos, y centros para enfermos terminales. En muchos países, voluntarios de la Orden prestan primeros auxilios, servicios sociales, e intervienen en acciones humanitarias en emergencias.

El ECOM («Emergency Corps of the Order of Malta») es un cuerpo especial que actúa en primera línea en catástrofes naturales y conflictos bélicos.

Desde hace más de 40 años, la Orden, a través de su fundación CIOMAL («Comité International de L’Ordre de Malte»), trabaja activamente en el tratamiento de la lepra, una enfermedad que desgraciadamente sigue afectando a diversas zonas del mundo. CIOMAL también interviene en la lucha contra otros tipos de enfermedades y discapacitaciones y ha iniciado programas para madres y niños en el Tercer Mundo que padecen de SIDA.

En los últimos años, sus misiones más significativas se han llevado a cabo en Kosovo, Ex República Yugoslava de Macedonia, Mozambique, la región de los Grandes Lagos en África, en Turquía, El Salvador y la India.

Después de la pérdida de la Isla de Malta, la Orden se estableció en Roma, Italia. Sus dos sedes gozan de extraterritorialidad. Puede emitir pasaportes, acuñar moneda y sellos, como una nación.

De acuerdo con el Derecho Internacional Público, la Orden mantiene relaciones diplomáticas plenas con 92 países a través de sus embajadas. Tiene el estatus de Observador Permanente ante las Naciones Unidas y la Comisión de la Unión Europea, y ante 16 organizaciones internacionales tales como la FAO y la UNESCO.

Las relaciones diplomáticas permiten que la Orden pueda intervenir con rapidez y eficacia en casos de desastres naturales o conflictos bélicos. Debido a su neutralidad, imparcialidad y carácter apolítico, la Orden puede actuar como mediadora cuando un Estado requiera su intervención para resolver una disputa.

Más información en http://www.orderofmalta.org.

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ZENIT Staff

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