Juan Pablo II canoniza a dos buenos amigos

Luigi Orione y Annibale Maria di Francia

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CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 16 mayo 2004 (ZENIT.org).- Juan Pablo II canonizó este domingo a dos buenos amigos, ambos sacerdotes italianos, y ambos fundadores de congregaciones religiosas: Luigi Orione y Annibale Maria di Francia.

Ambos crearon vastas obras de promoción social a favor de los más pobres. San Luigi Orione (1872-1940) es el fundador de la Pequeña Obra de la Divina Providencia.

San Annibale Maria di Francia (1851-1927), fundador de las Hijas del Divino Celo y de los Rogacionistas, se lanzó a la redención moral y espiritual de una de las zonas más pobres y degradadas de su ciudad (Messina), el barrio Avignone.

Aparentemente no tenían en común ni carácter, ni edad, ni procedencia: Di Francia era Siciliano y Don Orione piamontés, un detalle que no se puede pasar por alto dados los prejuicios de la época, observaba este viernes el diario «Avvenire».

El primer encuentro tuvo lugar en circunstancias dramáticas. En 1908, poco después del terrible terremoto de Messina, Pío X nombró vicario general de la archidiócesis a Don Orione.

Había que reconstruir Messina. La población había sido diezmada –hubo aproximadamente 80.000 muertos– y casas, iglesias, conventos e institutos se habían convertido en escombros o cenizas. En ese contexto el vicario fue considerado en la zona como un «intruso».

Pero Don Orione, desde sus primeros días en Messina, se abrió paso a través de las ruinas hasta el barrio de Avignone, donde estaba el «cuartel general de la caridad».

Halló al padre Annibale Maria di Francia y quedó impactado por su personalidad y santidad, relata el padre rogacionista Santino Bontempo.

Eran frecuentes las visitas, encuentros y conversaciones, cuyo contenido «era ciertamente el celo, los proyectos y la “estrategia” para hacer resurgir aquella ciudad tan duramente probada», prosigue.

Cuando Don Orione salía de Avignone, a todos los que encontraba –«tal vez con la intención de animar y aliviar de la desesperación»– repetía una frase «que ha quedado en la memoria colectiva de muchos testigos: “¿Pero sabéis qué gran santo tenéis en Messina?”», recuerda.

Por su parte, el padre Annibale Maria no dejaba de defender y apoyar a Don Orione, a quien llama su «ángel custodio». Escribió a finales de 1909: «Este año hemos recibido la visita singular de Don Orione, que ha desplegado para nosotros gran protección y afecto».

Consolidada una firme amistad, el padre Di Francia llegó a prestar a «aquel sacerdote septentrional» una gran suma para su obra. A su vez, Don Orione no deja de visitar el barrio pobre donde trabajaba Di Francia, y pasaba incluso noches en las barracas.

Don Orione fue el primer defensor –resaltaba este viernes «Avvenire»– de la santidad verdadera del padre Annibale Maria, con quien, tras su permanencia en Messina, mantuvo un frecuente contacto epistolar siguiendo las circunstancias de las dos congregaciones que había fundado: los Rogacionistas y las Hijas del Divino Celo.

Para subrayar la amistad que unió en vida al padre Annibale Maria y a Don Orione, las respectivas Comisiones centrales para la canonización han realizado un folleto que los muestra juntos, en una foto de la época.

El folleto fue un regalo que se entregó a los peregrinos que han venido a Roma para participar en la ceremonia de canonización en la plaza de San Pedro del Vaticano.

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ZENIT Staff

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