Juan Pablo II: Católicos y judíos deben construir juntos la paz

Al recibir en audiencia al rabino jefe de Roma, Riccardo Di Segni

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CIUDAD DEL VATICANO, 13 febrero 2003 (ZENIT.org).- Juan Pablo II manifestó este jueves su deseo de estrechar cada vez más los lazos entre católicos y judíos y llamó a los creyentes de las dos comunidades a ser constructores de paz, ante la amenaza de una nueva guerra.

Fueron las palabras que dirigió al rabino jefe de Roma, Riccardo Di Segni, recibido en audiencia junto a otros rabinos y exponentes de la comunidad judía de la ciudad.

Es la primera vez que Di Segni, en el cargo desde hace un año, se encuentra con el Papa en el Vaticano. Su predecesor, Elio Toaff –a quien el Papa recordó «con profunda estima» durante la audiencia–, estaba unido por lazos de amistad con el Santo Padre.

Durante el encuentro, Juan Pablo II subrayó «el vivo deseo que alimenta la Iglesia católica de hacer más profundos los vínculos de amistad y de recíproca colaboración con la Comunidad judía».

Además se refirió a la visita que él mismo hizo casi 17 años atrás a la sinagoga de Roma –la primera de un pontífice–, calificándola de «histórica e inolvidable».

Aquel evento, «don del Omnipotente», «representa una etapa importante en el camino del entendimiento entre los judíos y los católicos», afirmó el Papa.

Igualmente manifestó su deseo de que el camino de recíproca confianza recorrido «incremente las relaciones entre la Comunidad católica y la Comunidad judía de Roma», la más antigua de Europa occidental.

Si bien el Santo Padre reconoció que en el pasado las dos comunidades llegaron a vivir hostilidades, recordó que el Concilio Vaticano II, la gradual aplicación del documento conciliar Nostra Aetate –sobre las relaciones de la Iglesia con las religiones no cristianas– y los gestos de amistad de unos y otros «han contribuido a orientar nuestras relaciones hacia una comprensión recíproca cada vez mayor».

En este contexto, el Papa alentó a proseguir con los esfuerzos de colaboración y a incidir en los vínculos espirituales que unen a ambas Comunidades.

Finalmente, el Santo Padre constató que judíos y católicos «advertimos la urgente misión de implorar de Dios Creador y Eterno la paz, y de ser nosotros mismos agentes de paz».

Invitando a las dos comunidades a proteger este frágil don, exhortó a que cada uno, con la ayuda de Dios, sea constructor de paz, «en la conciencia de que cuando el hombre trabaja por la paz, es capaz de mejorar el mundo».

El nuevo rabino jefe de Roma, en sus palabras de saludo al Papa, resaltó también la colaboración entre judíos y cristianos, calificándola como necesaria para el mundo y signo fecundo de paz y bendición.

Di Segni invitó oficialmente al Papa a volver a visitar la Sinagoga de Roma con motivo del centenario de la construcción del lugar de culto, que tendrá lugar el próximo año.

Manifestó asimismo su deseo de crear una forma permanente de consulta a fin de prevenir posibles incomprensiones y definir formas de intervención concretas.

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ZENIT Staff

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