Juan Pablo II celebra su audiencia general de los miércoles número mil

Han participado más de 16 millones de personas en casi 23 años

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CIUDAD DEL VATICANO, 31 julio 2001 (ZENIT.org).- Lluvia, viento, granizo o calor…, en estos casi 23 años de pontificado, no impedido que Juan Pablo II se pierda su tradicional cita con los peregrinos del miércoles. Mañana se cumple la número mil cita de este tipo.

En total, el pontífice ha recibido a 16.007.700 peregrinos en estos encuentros. En su inmensa mayoría, se trata de rostros anónimos procedentes de todos los continentes, que al final del encuentro se agolpan para poder estrechar la mano al obispo de Roma.

En algunas ocasiones, sin embargo, participan reyes y jefes de Estado y de gobierno o personajes conocidos en todo el mundo, como el actor Kirk Douglas (1989), grandes campeones del ciclismo como Eddy Merckx (2000), el piloto de Fórmula 1 Michael Schumacher (1999), equipos de fútbol, el cantante Bono de U2, o la Asociación de víctimas del terrorismo en España.

Sólo los viajes internacionales han apartado al pontífice de estos encuentros, así como el atentado del 13 de mayo de 1981, cuando el terrorista turco Alí Agca disparó al Sumo Pontífice, que tuvo precisamente lugar en una audiencia general. También han interrumpido en varias ocasiones estas citas del pontífice los momentos en que ha sido internado en el hospital, en buena parte a causa de aquellos disparos.

Cuando el Papa llega para participar en la audiencia, lo primero que hace es saludar a los fieles. Son momentos en los que el pontífice sigue el palpitar de la Iglesia directamente sobre el terreno. Todo el mundo puede participar; la entrada es gratuita.

A continuación, se lee un pasaje de la Escritura. Juan Pablo II lo comenta, a su manera, iluminando con la Palabra de Dios los grandes desafíos de la vida cristiana.

La primera audiencia general del Papa Wojtyla tuvo lugar el 25 de octubre de 1978, nueve días después de su elección. En ella afrontó la virtud de la prudencia, con la que abrió la lista de las virtudes cardinales (justicia, fortaleza y templanza). Escogió este tema en continuación con la línea de su predecesor, Juan Pablo I, que había comenzado a tratar las tres virtudes teologales.

Fue el inicio de una serie de intervenciones que acapararon el interés del gran público. Tras las virtudes, afrontó el gran misterio del hombre, la creación, el respeto de la vida y el amor humano. Más tarde sus catequesis sobre el Credo conformarían seis volúmenes.

Al final de la audiencia, el Papa saluda a los diversos grupos presentes en su idioma. A menudo, le responden con aplausos, algunas veces con cantos o danzas o incluso con regalos. En ocasiones, aprovecha también este momento para hacer algún llamamiento a la paz en algún conflicto o a la solidaridad con poblaciones en crisis.

Juan Pablo II está convencido, lo reconoció al celebrar la Jornada Mundial de los Jóvenes con los muchachos y muchachas de Roma en este año, que en el encuentro personal puede transmitir más fácilmente su pasión por Cristo. Mañana lo hará al saludar en la audiencia general a 22 mil niños y jóvenes que ayudan en la liturgia en parroquias de once países de Europa.

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ZENIT Staff

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