Juan Pablo II: Educar a los niños en la paz

Palabras antes y después de rezar la oración mariana del Ángelus

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CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 30 enero 2005 (ZENIT.org).- Publicamos las palabras que dirigió Juan Pablo II este domingo antes y después de rezar la oración mariana del Ángelus junto a varios miles de peregrinos congregados en la plaza de San Pedro del Vaticano.

* * *

1. La plaza de San Pedro se regocija hoy por la presencia de muchos muchachos de la Acción Católica que concluyen el «mes de la paz». ¡Os saludo con cariño, queridos niños y muchachos de la Acción Católica! En el Evangelio del día, Jesús proclama: «Bienaventurados los que trabajan por la paz» (Mateo 5, 9). ¡También los pequeños pueden hacerlo! También ellos tienen que entrenarse en el diálogo y aprender a «vencer al mal con el bien» (Cf. Romanos 12, 21), como recordé a todos en el reciente Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz. Es necesario vencer la injusticia con la justicia, la mentira con la verdad, la venganza con el perdón, el odio con el amor.

2. Este estilo de vida no se improvisa, sino que exige educación desde la infancia. Una educación hecha de sabias enseñanzas y sobre todo de válidos modelos en la familia, en la escuela y en todos los ámbitos de la sociedad. Las parroquias, con sus centros de actividades, las asociaciones, los movimientos y los grupos eclesiales deben ser cada vez más lugares privilegiados de esta pedagogía de la paz y del amor, en la que tienen que aprender a vivir juntos.

3. Pidamos a María, Reina de la Paz, que ayude a los jóvenes, que tanto desean la paz, a convertirse en sus valientes y tenaces constructores.

[Después de rezar el Ángelus, el Papa dirigió estas palabras a los peregrinos:]

Se celebra hoy la Jornada Mundial de los Enfermos de Lepra. En las áreas más pobres del mundo, esta enfermedad, si bien es curable, sigue golpeando a millones de personas, entre las que se encuentran muchos niños. A todos estos hermanos y hermanas les dirijo un saludo especial, asegurándoles mi oración, que extiendo también a quienes les asisten. Deseo que el compromiso de la comunidad internacional logre eliminar completamente esta plaga social.

Saludo a los peregrinos presentes, en particular a la Asociación Italiana Amigos de Raoul Follereau, y deseo a todos un feliz domingo.

[Traducción del original italiano realizada por Zenit]

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ZENIT Staff

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