Juan Pablo II: En Dios está la fuerza para amar a los hermanos

Al celebrar los 30 años de la Comunidad del Papa Juan XXIII

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CIUDAD DEL VATICANO, lunes, 29 noviembre 2004 (ZENIT.org).- «Para dar auténtico amor a los hermanos es necesario sacarlo de Dios», afirmó este lunes Juan Pablo II al recibir a tres mil miembros de la Comunidad del Papa Juan XXIII.

Esta asociación internacional privada de fieles de derecho pontificio, fundada hace 30 años por el sacerdote italiano Oreste Benzi, se dedica de manera particular a la atención material y espiritual del mundo de la marginación en Italia, Zambia, Tanzania, Kenia, Sierra Leona, Brasil, Chile, Bolivia, Rusia, Bangladesh, Croacia, México y Kosovo.

El Santo Padre, en el discurso que dirigió a sus huéspedes reconoció que esta comunidad se ha caracterizado en estas tres décadas «por un peculiar servicio a los últimos y por un estilo de auténtica capacidad de compartir, orientada a regenerar en el amor a quienes, por diferentes motivos, se han quedado sin familia».

El obispo de Roma aclaró que la acción caritativa «asume su valor pleno cuando se funda en el primado del amor de Dios. Para amar realmente a los hermanos es necesario sacar fuerzas de Dios». Por eso, aconsejó a quienes le escuchaban que dediquen «tiempo a la oración, a la escucha de la Palabra de Dios», y a que funden «toda su existencia en Cristo».

«Haced, en particular, de la Eucaristía el centro de las casas-familia y de todas las demás actividades sociales y educativas», recomendó el Papa.

Las casas-familia son uno de los apostolados principales de la Comunidad del Papa Juan XXIII. Tienen por objetivo tratar de ofrecer de manera temporal o permanente una «auténtica familia» a niños abandonados que no pueden ser adoptados, así como a personas abandonadas, con problemas psíquicos, refugiados, o ancianos…

«En este año dedicado al Sacramento del altar, reavivad el ardor contemplativo y el amor por el Redentor divino, que en la Eucaristía se hace alimento de vida inmortal para nosotros», añadió el Papa.

«Nutríos de su energía espiritual para ser trabajadores incansables de su Evangelio, dando testimonio de su ternura a quienes viven en condiciones de malestar y de abandono», concluyó.

La Comunidad del Papa Juan XXIII también ha dado origen a «Casas de oración», en las que se vive de manera particular la relación con Dios en la oración; «Casas de fraternidad», donde se experimenta una vida fraterna de comunidad abierta a los necesitados; «Cooperativas sociales» para ofrecer acogida y trabajo a personas desaventajadas; así como «Comunidades terapéuticas» para la recuperación de toxicómanos.

Más información en http://www.apg23.org

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ZENIT Staff

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