Juan Pablo II: La muerte ha llegado hasta la Basílica de Belén

«Deshonra la santidad de Dios y la dignidad del hombre», asegura

Print Friendly, PDF & Email
Share this Entry

CIUDAD DEL VATICANO, 21 octubre 2001 (ZENIT.org).- Juan Pablo II lanzó este domingo un conmocionado llamamiento a rechazar «en nombre de Dios» el uso a la violencia, particularmente en Tierra Santa.

Las palabras del pontífice fueron pronunciadas al final de la primera ceremonia de beatificación de dos esposos, en la Basílica de San Pedro del Vaticano, tras un día de intensas operaciones militares israelíes en Belén y sus alrededores, que provocaron las muertes de dos mujeres (22 y 48 años) y dos jóvenes de 16 y 19 años.

«En la hora actual no faltan por desgracia situaciones amenazadoras, que provocan ansia en toda la humanidad», dijo el Papa antes de dirigir la oración mariana del «Angelus».

«Con profunda tristeza –añadió– recibo las dolorosas y preocupantes noticias de Belén, así como de las ciudades de Beit Jala y Beit Sahour. La guerra y la muerte han llegado incluso a la plaza de la Basílica de la Natividad de Nuestro Señor».

«En nombre de Dios, repito una vez más –exhortó–: para todos la violencia no es más que un camino de muerte y destrucción que deshonra la santidad de Dios y la dignidad del hombre».

«Expreso a las familias víctimas de la violencia mi cercanía en el dolor, en la oración y en la esperanza –concluyó–. Ellas tienen el don de vivir en la Tierra Santa para judíos, cristianos y musulmanes. Todos deben tener el compromiso de hacer que sea finalmente tierra de paz y de fraternidad».

Las operaciones militares israelíes se han extendido por todos los territorios palestinos en respuesta al asesinato del miércoles pasado del ministro dimisionario israelí Rehavam Zeevi. En los último cinco días han sido asesinados 21 palestinos, uno de ellos en la mañana del domingo, y un israelí.

En el último año han sido asesinados 647 palestinos y 177 israelíes.

Print Friendly, PDF & Email
Share this Entry

ZENIT Staff

Apoye a ZENIT

Si este artículo le ha gustado puede apoyar a ZENIT con una donación