Juan Pablo II: La paz exige el final de la injusticia, es decir, conversión

Llamamiento en la eucaristía del Miércoles de Ceniza

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ROMA, 5 marzo 2003 (ZENIT.org).- Juan Pablo II afirmó que no habrá paz mientras perdure la injusticia social, por lo que hizo un llamamiento a la conversión de los corazones, en la celebración eucarística del Miércoles de Ceniza.

«No habrá paz en la tierra mientras perduren las opresiones de los pueblos, las injusticias y los desequilibrios económicos que todavía existen», reconoció antes del rito de la imposición de la ceniza.

«Pero para que tengan lugar los cambios estructurales deseados, no son suficientes iniciativas e intervenciones externas –alertó en la basílica de San Sabina de Roma–; se requiere ante todo una conversión conjunta de los corazones al amor».

Por este motivo, el pontífice hizo resonar de nuevo el mensaje que dejaba la liturgia en el inicio de la Cuaresma: «En nombre de Cristo os suplicamos: ¡reconciliaos con Dios!».

Es el momento, aclaró el obispo de Roma, de «revisar nuestra actitud hacia Dios y hacia los hermanos», de «examinar en profundidad los criterios que nos orientan en la conducta cotidiana», y de «regresar con todo el corazón» a Dios.

Juan Pablo II, al igual que lo hicieron en ese día millones de católicos, recibió la imposición de las cenizas de manos del cardenal eslovaco, Jozef Tomko, titular de la Basílica de Santa Sabina, y prefecto emérito de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos.

A continuación, el Papa impuso las cenizas a la comunidad de religiosos dominicos que viven en el convento anexo a la basílica y a algunos de los presentes.

La celebración había comenzado con un momento de oración en la cercana iglesia de San Anselmo, anexa al seminario internacional benedictino.

Siguió después la procesión penitencial hacia la basílica de Santa Sabina, en la que participaron cardenales, obispos, monjes dominicos, padres dominicos, y fieles.

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ZENIT Staff

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