Juan Pablo II pide a los bancos luchar contra la usura

Reconoce el papel y responsabilidad de las entidades crediticias

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CIUDAD DEL VATICANO, 12 nov (ZENIT.org).- Juan Pablo II pidió ayer a los bancos y entidades financieras que ayuden a las personas con dificultades económicas para evitar que se haga cada vez más presente el fantasma de la actividad «persversa» de la usura.

Al mismo tiempo, reconoció que «si los bancos buscan tan sólo su propio beneficio, dejan de ser un instrumento de desarrollo y se convierten en un freno para la sociedad».

El Pontífice pronunció ayer estas palabras en una audiencia concedida a los 7.500 directivos y empleados del Banco de Roma con motivo del Jubileo.

El discurso de Juan Pablo II se convirtió al mismo tiempo en un reconocimiento autorizado de la importancia del sistema bancario y de la responsabilidad que tienen sus gestores para «saber administrar los recursos que les son confiados».

«Si el dinero es representado a veces como la sangre de un organismo, las empresas de crédito pueden ser comparadas con el corazón que lo hace circular en el cuerpo social», dijo el Papa con una imagen prestada de la biología.

El Santo Padre condenó la existencia de la usura, a la que denominó «una forma desviada e ilegal de crédito» y reconoció con tristeza que pone en peligro la existencia de empresas y familias y crea sufrimiento.

La evolución frenética de la economía moderna, según el pontífice, hace difícil a muchas personas el acceso «a las diferentes formas de servicios ofrecidos por el sistema bancario».

Ante esta situación, ofreció su propia propuesta: «La profesionalidad del agente de crédito, unida a un agudo sentido de equidad y justicia, podrá favorecer la serenidad de quienes tienen necesidad de consejo o ayuda».

Por eso, pidió a los responsables de banca que ayuden a las personas que pasan por esta situación de deuda, así como a los jóvenes y las actividades con fines sociales.

«De esa manera habrán satisfecho las expectativas de los ciudadanos, que ven en la actividad bancaria un apoyo fundamental en su legítima necesidad de servicios financieros y económicos», declaró Juan Pablo II.

El Consejo vaticano para la Justicia y la Paz está elaborando en estos momentos un Catecismo Social de la Iglesia, un texto detallado en el que se recoge la doctrina social cristiana.

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ZENIT Staff

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