Juan Pablo II pide en esta Cuaresma salir en ayuda de los niños

La Santa sede financiará una ciudad para niños con sida en Kenia

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CIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 25 febrero 2004 (ZENIT.org).- En esta Cuaresma, los beneficiarios privilegiados del compromiso de renuncia y caridad de los cristianos serán los niños, según el deseo explícito de Juan Pablo II, confirmado en este Miércoles de Ceniza.

El Mensaje para la Cuaresma, que ha escrito el Papa para la ocasión, de hecho, lleva por lema las palabras de Jesús «El que reciba a un niño como éste en mi nombre, a mí me recibe».

En este período litúrgico de preparación a la Pascua, afirmó el Santo Padre en la homilía que pronunció durante el rito de la imposición de las cenizas, en la Basílica de San Pedro del Vaticano, «he querido llamar la atención, en particular, sobre las difíciles condiciones que atraviesan los niños en el mundo».

En este contexto, la Santa Sede financiará el nacimiento del «Nyumbani Village», una especie de ciudad en la que convivirán unas mil personas, la mayoría niños afectados por el sida, así como personas mayores, cerca de Nairobi (Kenia).

«¿Quién tiene más necesidad de ser defendido y protegido que un niño indefenso y frágil?», preguntó el Papa en la homilía.

«Los problemas que afectan al mundo de la infancia son muchos y complejos –reconoció–. Deseo vivamente que se les dé la necesaria atención a nuestros hermanos más pequeños, abandonados con frecuencia a su suerte, gracias también a nuestra solidaridad. Es una manera concreta de traducir nuestro esfuerzo cuaresmal».

El Mensaje del Papa para esta Cuaresma, que fue presentado en el Vaticano el 29 de enero pasado, constituye una dura denuncia de la situación.

«Hay menores profundamente heridos por la violencia de los adultos –reconocía el Santo Padre–: abusos sexuales, instigación a la prostitución, al tráfico y uso de drogas, niños obligados a trabajar, enrolados para combatir, inocentes marcados para siempre por la disgregación familiar, niños pequeños víctimas del infame tráfico de órganos y personas».

«¿Y qué decir de la tragedia del SIDA, con sus terribles repercusiones en África? –preguntaba–. De hecho, se habla de millones de personas azotadas por este flagelo, y de éstas, muchísimas contagiadas desde el nacimiento».

«La humanidad no puede cerrar los ojos ante un drama tan alarmante», afirmaba el Papa.

El proyecto «Nyumbani Village» fue presentado junto al mensaje cuaresmal del Papa por el arzobispo Paul Josef Cordes, presidente del Consejo Pontificio «Cor Unum», organismo que coordina a las instituciones de ayuda de la Iglesia católica en el mundo.

En esa rueda de prensa el prelado alemán renovó el llamamiento de la Santa Sede a las grandes industrias farmacéuticas para que rebajen los precios en los países en vías de desarrollo, en particular, el de los tratamientos para enfermos de sida.

«El sufrimiento de los niños que mueren porque no tienen medicinas podría ser evitado», reconoció en esa ocasión monseñor Cordes.

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ZENIT Staff

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