Kabul vuelve a celebrar misa

En una iglesia anexa a la embajada italiana

Print Friendly, PDF & Email
Share this Entry

KABUL, 27 enero 2002 (ZENIT.org-).- Este domingo fue un día especial en Kabul: después de nueve años un sacerdote celebró misa.

En la pequeña iglesia anexa a la embajada italiana, el capellán del contingente militar italiano, el franciscano padre Ivan Lai, presidió a las 15,00 horas (hora local) la esperada eucaristía.

La asamblea se componía en su inmensa mayoría de soldados de la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad en Afganistán (ISAF) desplegados en Kabul. Los más numerosos eran italianos, aunque también había franceses y británicos.

Había también unos pocos cristianos extranjeros que trabajan en organizaciones internacionales y humanitarias.

Tras la toma de Kabul por los mujaidines, la capilla fue expoliada en varias ocasiones. Y sólo el cuidado de un viejo guardián afgano logró preservarla del total abandono, mientras el régimen de los talibán obligaba a los poquísimos cristianos al olvido o a la fuga.

A los pies de una cruz de madera, colocada en el jardín de la embajada, el capellán colocó algunos de los objetos que encontró en la capilla, y que se convirtieron en elocuentes símbolos para la asamblea.

En representación del sufrimiento pasado, depuso la corona de espinas que quedaba en el templo, perteneciente al crucifijo que ha sido robado. Como símbolo de la paz, colocó una hoz descubierta en el jardín, y que recuerda la frase bíblica: «Transformaré en hoces las espadas». Como signo de esperanza, hizo una ofrenda de espigas de trigo.

El último sacerdote que celebró misa en Afganistán fue el padre Giuseppe Moretti, quien tuvo que abandonar el país tras quedar gravemente herido en un bombardeo a finales de 1993.

La capilla, un edificio de cemento construido en los años cincuenta, es sumamente pobre. Sin embargo, es «la única iglesia en Afganistán, aunque en territorio italiano», ha aclarado un representante de la embajada italiana, Domenico Giorgi.

Las únicas religiosas que permanecieron fueron la Hermanitas de Jesús (discípulas de Charles de Foucauld). Para poder recibir la eucaristía, tenían que realizar con frecuencia agotadores y peligrosos viajes a Paquistán e incluso a Tayikistán.

Las religiosas visitaban casi todos los domingos esta capilla, que contiene un fresco de san Francisco de Asís, cuando se encontró con el sultán de Egipto.

«Se ha creado un clima de fiesta en torno a esta misa –declara a la agencia misionera Misna el capellán militar italiano–, pero se trata de una cita a la que nos hemos querido acercar de modo discreto. No hemos querido de ninguna manera herir la sensibilidad de la población islámica».

Italia es la única nación que goza en Afganistán del privilegio de tener entre el personal diplomático un sacerdote católico con las funciones de capellán de la comunidad internacional.

La figura del «párroco de los extranjeros» es parte integrante del tratado bilateral entre Afganistán e Italia de 1933.

Desde 1921, religiosos de la congregación italiana de los Barnabitas, como el padre Moretti, se relevaban para responder a esta necesidad de todos los cristianos presentes en la capital afgana.

Print Friendly, PDF & Email
Share this Entry

ZENIT Staff

Apoye a ZENIT

Si este artículo le ha gustado puede apoyar a ZENIT con una donación