La ayuda a la familia da cohesión social; explica el Papa

Al recibir al nuevo embajador de Uruguay

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CIUDAD DEL VATICANO, viernes, 30 junio 2006 (ZENIT.org).- Benedicto XVI explicó este viernes al recibir al nuevo embajador de Uruguay ante la Santa Sede que fomentar la familia y defender la vida es dar cohesión social.

Las palabras del Papa se convirtieron en una defensa de esta «estructura esencial de la sociedad», basada en «la unión en matrimonio de un hombre y una mujer», frente a la ridiculización que sufre particularmente en algunos ambientes.

El nuevo representante de Montevideo ante la Santa Sede es Mario Juan Bosco Cayota Zappettini, nacido en 1936, antiguo presidente y actual vicepresidente del Partido Demócrata Cristiano de Uruguay, director del Centro Franciscano de Documentación Histórica para América Latina, quien ha sido ministro de la Orden Franciscana Secular en Uruguay.

«Los valores más altos, arraigados en el corazón de las personas y en el tejido social, son como el alma de los pueblos, que los hace fuertes en la adversidad, generosos en la colaboración leal e ilusionados en la construcción de un futuro mejor y lleno de vida, en la que todos sin excepción tengan la oportunidad de desarrollar la plena dignidad del ser humano», explicó el Santo Padre.

Por eso, manifestó su preocupación ante «algunas tendencias que tratan de limitar el valor inviolable de la vida humana misma, desde su concepción hasta su ocaso natural, o de disociarla de su ambiente natural, como es el amor humano en el matrimonio y la familia».

«La Iglesia promueve ciertamente una «cultura de la vida», generosa y creadora de esperanza, y no sólo por motivos estrictamente confesionales». De hecho, reconoció hay muchas personas que «comparten preocupaciones similares por motivos éticos y racionales».

«No faltan quienes desde algunos medios de comunicación social denigran o ridiculizan el alto valor del matrimonio y la familia, favoreciendo así el egoísmo y la desorientación, en vez de la generosidad y el sacrificio necesarios para mantener vigorosa esta auténtica «célula primaria» de la comunidad humana», reconoció el Papa.

En este contexto, indicó, «fomentar la familia, ayudarla a cumplir sus cometidos indispensables, es ganar también cohesión social y, sobre todo, respetar sus propios derechos, que no pueden ser disipados ante otras formas de unión que pretendieran usurparlos».

Mario Cayota es doctor en Filosofía y ha sido durante muchos años profesor de Historia en la Universidad de la República, la Universidad Católica, el Instituto de Profesores y en el Seminario Sacerdotal.

Director del Instituto San Bernardino de Investigación Histórica, ha realizado publicaciones de su especialidad, en particular «Siembra entre Brumas», sobre el humanismo cristiano en el Renacimiento y la Conquista de América, que ha sido traducido a más de diez idiomas.

Fue Presidente de la Departamental de Montevideo en los años de dictadura y ha sido fundador del Encuentro Progresista.

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ZENIT Staff

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