La caridad no solo da cosas, sino muestra el rostro de un Dios que ama a todos los hombres

Entrevista con Roberto Tarazona, miembro de Cor Unum y colaborador en Caritas del Perú

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Días atrás se clausuró en esta ciudad la Asamblea Plenaria del Consejo Pontificio Cor Unum. A la cita asistieron sus miembros y consultores, así como diversas organizaciones del mundo católico dedicadas a labores socio-caritativas.

Entre los participantes estuvo el médico y diácono Roberto Tarazona, miembro del dicasterio vaticano y coordinador de proyectos sociales y pastorales en Caritas del Perú. ZENIT conversó con él de la experiencia del evento y sus reflexiones sobre diversos temas de actualidad.

¿Cómo ha vivido su primera asamblea como miembro de Cor Unum?

–Roberto Tarazona: La he vivido con mucha alegría y también con mucha esperanza, al poder encontrarme con tantos hermanos católicos comprometidos en instituciones de la Iglesia que tratan de hacer vida el mensaje del evangelio de la caridad.

¿Cuál fue el énfasis del trabajo en esta oportunidad?

–Roberto Tarazona: Yo creo que hubo tres grandes momentos. El primero fue el encuentro fraterno de personas e instituciones, miembros de Cor Unum o ligadas al tema de la caridad de la Iglesia, con quienes pudimos conocernos e intercambiar experiencias y alentarnos mutuamente en el servicio a los más pobres. Un segundo momento fue el tema de la reflexión sobre la ética cristiana ligada a la ayuda humanitaria y a la atención a los más necesitados; y lo tercero lo ubico en el hecho de la caridad vivida como Iglesia en la perspectiva de la Nueva Evangelización.

¿Cuáles son los lugares del mundo que preocupan más a Cor Unum, sea por los altos niveles de pobreza o por la falta de oportunidades?

–Roberto Tarazona: Bueno, como lugares está el África, y las condiciones de vida que dañan severamente a nuestros hermanos. Asimismo América Latina, que es el continente de la esperanza y mayoritariamente católico. También vemos el gran problema del secularismo que afecta al mundo con la pérdida del sentido religioso, la exclusión de Dios de la vida personal y pública, lo que genera nuevas formas de pobreza y esclavitud humanas.

Algunas entidades como las Caritas europeas, han informado que de un año a otro la ayuda económica de la gente ha aumentado… En medio de una sociedad secularizada, ¿cómo podemos explicar esto?

–Roberto Tarazona: Yo creo que es la semilla del reino de Dios, de la Buena Nueva que está allí; y que finalmente el ser humano, criatura de Dios, lleva dentro de sí este gran deseo del amor, al ser creado por amor. Tenemos el ejemplo de España. Los representantes de Manos Unidas nos hablaban sobre la enorme capacidad de compartir de la sociedad española, así como del rol de Caritas española en este proceso de promover la caridad, de compartir. Veo que la gente percibe a las Caritas como una experiencia de seguridad, de garantía, de confianza para que la ayuda llegue a todos, sin ninguna discriminación.

Esta Asamblea fue la primera en la cual se vió a Caritas Internationalis trabajando bajo la tutela de Cor Unum. ¿Cómo ha sido la aceptación de este cambio por parte de las Caritas a nivel mundial?

–Roberto Tarazona: Han estado cerca de veinte Caritas, con la presencia de los cuatro presidentes de los diferentes continentes y el secretario general de Caritas Internationalis. Creo que ha sido una experiencia importante, tanto para el Consejo Pontificio, como para las Caritas que participaron, en el sentido de que nos une una misma pertenencia y un amor eclesial; nos une también un mismo evangelio de la caridad, nos une el santo padre, son muchos elementos que nos unen y en los cuales tenemos mutuamente que aprender y caminar juntos.

El motu proprio “Intima ecclesiae natura de caritate ministranda” ha tenido una amplia resonancia, ¿no?

–Roberto Tarazona: El motu proprio es un hermoso mensaje que el santo padre Benedicto XVI envía al mundo católico. Le recuerda al obispo las palabras con las cuales fue ordenado pastor de una Iglesia local, y lo anima a vivir la caridad de una manera más plena como la Iglesia nos presenta y nos manda. Nos recuerda también que debemos vivir con plenitud la evangelización, la palabra, la liturgia y la caridad como aspectos que pertenecen a una misma realidad eclesial. Por otro lado, también ayuda a ordenar la caridad vivida en el corazón de la Iglesia local y bajo el pastoreo del obispo, y dentro de una renovado plan pastoral diocesano marcado por el servicio y la caridad a los más necesitados.

¿Por qué en el documento el papa quiso subrayar la identidad de las organizaciones de caridad católicas y aquel asunto de la selección de los trabajadores de las organizaciones socio-caritativas de la Iglesia?

–Roberto Tarazona: Porque la caridad es el alma de la Iglesia. Y la caridad no solo da cosas, sino muestra el rostro de un Dios que ama a todos los hombres sin ninguna discriminación. Sale al encuentro por una pasión ante lo humano; es el Buen pastor, es el padre que acoge al que está necesitado. En ese sentido, las organizaciones católicas debemos subrayar que el sentido profundo de la caridad cristiana es el mostrar a Dios en la caridad y en la evangelización.

¿Y el tema de los que trabajan en esas entidades?

–Roberto Tarazona: Es una sola realidad. Por ello mismo, los colaboradores y miembros de las Caritas deberían ser hombres y mujeres tocados por el amor de Jesucristo; y de esta experiencia personal y a la vez comunitaria, dar lo mejor de sí en una institución que es confesional pero que atiende a todos.

Usted trabaja también en Caritas del Perú. ¿Cuáles son actualmente las líneas prioritarias que implementan en el país?

–Roberto Tarazona: El punto central es el anunciar el evangelio de la vida desde los programas y proyectos que desarrolla, como aquellos que apuntan a que los niños puedan salir de las severas condiciones de desnutrición en la que se encuentran, generando y fortaleciendo la dinámica familiar, la organización comunitaria, la responsabilidad del Estado desde el sector salud… Luego están los programas y proyectos de desarrollo social donde se intenta generar capacidades ligadas al empleo en la agricultura de las poblaciones empobrecidas.

¿Otros proyectos?

–Roberto Tarazona: También está el tema de las emergencias, que cada vez son más frecuentes en nuestro país, o el asunto de la ayuda humanitaria para aquellas personas de sectores de la sociedad peruana, que se encuentran en situaciones de vida indignas de su condición de hijos de Dios.

Finalmente, hay países en América Latina –entre ellos el Perú–, que están empezando a ser amenazados por leyes contra la vida, contra la familia, contra el matrimonio tradicional… ¿Cómo ve la prospectiva de los próximos años?

–Roberto Tarazona: Yo creo que esto ha dejado de ser un tema solamente católico religioso, ya que es un tema ligado al desarrollo humano. Pensamos por ejemplo en el tema de la familia, que no es un contrato social sino una realidad profundamente humana que tiene eco en el corazón de un hombre y una mujer que por amor –y bendecidos por el sacramento del matrimonio–, se unen para testimoniar ante el mundo la realidad de una nueva creación, de una nueva relación humana abierta a la vida con responsabilidad.

Allí tienen un lugar especial los hijos…

–Roberto Tarazona: Es en este espacio donde los hijos podrán vivir y ser testigos del amor humano, con todas las limitaciones propias de la existencia humana. Y es allí donde se aco
ge esta forma de vivir dual y complementaria, y también allí se descubre el factor religioso, los valores sociales, una renovada manera de aportar a la sociedad…

Por eso será que hay tantos ataques y leyes que la quieren debilitar, ¿no?

–Roberto Tarazona: La familia vive amenazada desde diferentes frentes. Está la problemática del aborto, de la pobreza, como diferentes situaciones que configuran un marco cultural que Juan Pablo II llamaba una “Cultura de muerte”. Frente a esta Cultura de muerte, la sociedad y la Iglesia deben pronunciarse y generar estilos de convivencia centrados en el ser humano y en las profundas aspiraciones del hombre y de la mujer, con una vida digna a la cual toda persona está llamada.

Finalmente, durante la Audiencia a los participantes de la Asamblea de Cor Unum tuvo la posibilidad de saludar personalmente al papa… ¿Qué palabras intercambiaron?

–Roberto Tarazona: Sí, fue una experiencia muy intensa. Le dije al santo padre que el Perú y toda la Iglesia peruana lo ama y reza por Él… Luego me cogió las manos y me dijo: “Gracias por el trabajo, por la labor de Caritas” y pidió que se fortalezca la evangelización. Cuando le dije que era de la Diócesis del Callao, me dijo que ayude a que el Año de la Fe y la Nueva Evangelización pudieran ser una experiencia de renovación eclesial.

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José Antonio Varela Vidal

Lima, 1967. Periodista colegiado con ejercicio de la profesión desde 1989. Titulado en periodismo por la Universidad Jaime Bausate y Meza, de Lima. Estudios complementarios en filosofía, teología, periodismo religioso, new media y en comunicación pastoral e intercultural-misionera; así como en pastoral urbana, doctrina social de la Iglesia y comunicación institucional y estratégica, desarrollados indistintamente en Lima, Quito, Bogotá, Roma, Miami, y Washington DC. Ex jefe de oficinas de comunicación institucional en el sector público y eclesial. Asimismo, fue gerente de televisión de un canal y director de dos revistas impresas. Es articulista en publicaciones católicas de su país y del extranjero, entre ellas zenit. Actualmente colabora con los padres palotinos, presentes en el Perú desde el 2014.

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