La catedral católica de Moscú estrena órgano, regalo de protestantes suizos

«Nos acompañará en el camino a la unidad», afirma el arzobispo Kondrusiewicz

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MOSCÚ, lunes, 17 enero 2005 (ZENIT.org).- Un instrumento también de ecumenismo demuestra ser el nuevo órgano de la catedral católica de Moscú, cuya bendición tuvo lugar el domingo en la Eucaristía que allí presidió el presidente del episcopado católico ruso, el arzobispo Tadeusz Kondrusiewicz.

Miles de fieles participaron en la Misa que concelebró el nuncio apostólico en Moscú, el arzobispo Antonio Mennini, junto a numerosos sacerdotes, entre ellos el padre Rolf Schonenberger, a cuyas gestiones se debe este regalo de los protestantes de Basilea (Suiza), su transporte e instalación.

Fue el propio monseñor Kondrusiewicz, al frente de la archidiócesis católica de la Madre de Dios de Moscú, quien pidió un órgano para la catedral al sacerdote de origen suizo, quien desde hace años lleva ayuda a Rusia de distintas partes del mundo.

Considerando otras necesidades, el padre Schonenberger era contrario a la petición de un órgano, según el mismo reconoció a «Korazym». «En cualquier caso –relata–, aunque yo dijera “no”, el arzobispo cada vez que me veía repetía: “¿Has encontrado el órgano?”».

«Empecé a orar y comprendí que Dios quería algo de mí. Invoqué en mi oración a la Virgen pidiendo: “Si tú lo quieres, me lo debes hacer entender”», reconoce.

«Entendí que un órgano en la catedral de Moscú podía ser un bellísimo instrumento de reconciliación entre la Iglesia ortodoxa y la Iglesia católica –añadió el padre Rolf Schonenberger–.Y así será. En adelante podrá haber en Moscú conciertos de órgano a los que acudirán ortodoxos, evangélicos, católicos y fieles de otras religiones».

De regreso a Suiza, el sacerdote contactó con una empresa fabricante de órganos y pidió alguno que costara poco. Le respondieron: «Padre, es usted verdaderamente afortunado. Hay un órgano en la iglesia de los evangélicos en Basilea que no costará mucho». Con todo, la suma era excesiva para él e indicó que no podía pagarla.

«Entonces decidieron poner un anuncio en Internet indicando también el precio, pero sin hallar ningún adquirente –explicó el padre Schonenberger–. Ya me había olvidado del órgano cuando un día me llamaron desde Basilea diciendo: “Puede hacerse con el órgano gratuitamente: es nuestro regalo para los católicos de Moscú. Sólo debe pagar los gastos de transporte e instalación”».

«Acepté inmediatamente: ésta era la respuesta de mi súplica a la Virgen. Encontré también quien pagara los gastos de transporte; quedaba sólo el montaje» y «me dirigí nuevamente a la Virgen», admitió.

«Pocos días después, gracias a Ella –estoy seguro de ello–, recibí una llamada de Alemania de un maestro organista» que había sabido «de mi dificultad económica y se ofrecía para montar el órgano gratuitamente», apuntó el sacerdote suizo. Sólo pidió que le mandaran el billete de avión y durante meses trabajó en la instalación. Tras su fallecimiento en septiembre, el hijo de este maestro concluyó la tarea.

El nuevo órgano de la catedral católica de Moscú servirá «en primer lugar como instrumento durante las celebraciones litúrgicas», aclaró el monseñor Kondrusiewicz a «Korazym» en vísperas de la bendición.

«En segundo lugar –constató– tiene un gran significado porque es un regalo de los protestantes de Basilea».

«En tercer lugar, aumentará la calidad de los conciertos de órgano que desde hace algunos años se celebran en la catedral» y a los que acuden «católicos, protestantes, ortodoxos, fieles de otras religiones y no creyentes –observó–. La bendición del órgano nuevo marca el día del inicio del concierto internacional de órgano Música Catedral del Mundo».

El padre Rolf Schonenberger «nos ha traído el nuevo órgano que con seguridad nos acompañará en el camino de la unidad», agradeció el prelado ruso.

El representante de la Iglesia ortodoxa rusa –el diácono Aleksander Wasiutin– y el representantes de la Iglesia luterano-evangélica –el pastor Ditrich von Brullow– se unieron a personalidades del mundo diplomático y de la cultura en la celebración de la inauguración.

En vísperas del inicio de la semana de oración por la unidad de los cristianos, el arzobispo Kondrusiewicz reconoció: «Nosotros empezamos de alguna forma especial ya hoy. El nuevo órgano lleva su sonido a toda persona, católica u ortodoxa, y también a los que aún no creen» –en referencia al ciclo de conciertos–.

«La música abre las puertas del paraíso, une a todos. Oremos al Señor Dios nuestro y a su Madre para que podamos verdaderamente unirnos más y entender que la unión es nuestra misión y el camino seguro de nuestra fe», añadió en su homilía durante la Eucaristía de bendición del órgano.

El domingo comenzaron los conciertos en la catedral de Moscú con el nuevo órgano, una iniciativa que ya lleva tres años en marcha –si bien el órgano era eléctrico–.

Sor Walentyna Nowakowska, creadora de la asociación cultural «Obra Bella» que organiza los conciertos, explicó que, en cada uno esos actos, «la catedral estaba llena».

«Esperamos mucho en esta misión cultural y ecuménica. En enero y febrero los conciertos serán interpretados por los más famosos organistas de las capitales europeas. Llegarán también organistas del Vaticano y de los Estados Unidos. Tememos no tener suficientes lugares, dado que las peticiones de participación ya son muchísimas», confirmó.

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ZENIT Staff

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