La causa de beatificación de Juan Pablo II sigue su curso normal, confirma el cardenal Saraiva

Prefecto de la Congregación vaticana para las Causas de los Santos

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CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 15 septiembre 2005 (ZENIT.org).- «La causa de beatificación y canonización de Karol Wojtyla sigue el camino normal», sin que sea posible prever si «tendrá tiempos más o menos largos», aclaró el miércoles el cardenal José Saraiva Martins, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos.

«El Papa Benedicto XVI dispensó sólo el tiempo requerido para abrir la causa, no la causa misma», puntualizó al margen de la bendición de la estatua de San Josemaría Escrivá de Balaguer en el exterior de la Basílica de San Pedro.

Fue el 13 de mayo –memoria litúrgica de la Virgen de Fátima– cuando, a los 42 días de la muerte de Juan Pablo II, su sucesor en la sede petrina anunció su decisión de dispensar del período de cinco años de espera establecido por el Derecho Canónico para el inicio de la causa de beatificación del fallecido Papa.

Con el anuncio, Benedicto XVI respondía en cierto modo al grito que resonó de la plaza de San Pedro del Vaticano el 8 de abril, día de las exequias de Juan Pablo II: «Santo subito!» («¡Santo ya!»).

El 28 de junio –víspera de la solemnidad de los santos apóstoles Pedro y Pablo–, en la basílica de San Juan de Letrán, en presencia del cardenal Camillo Ruini, obispo vicario para la diócesis de Roma, tuvo lugar la solemne sesión de apertura de la investigación diocesana sobre la vida, virtudes y fama de santidad de Juan Pablo II, el primer acto de la causa de beatificación y canonización de Karol Wojtyla.

El postulador de la causa es el sacerdote polaco monseñor Oder Slawomir.

El proceso, iniciado en la diócesis de Roma, de la que era obispo Juan Pablo II, conlleva la recogida de toda la documentación sobre el difunto pontífice, reuniendo testimonios de quienes le conocieron. Después se analizarán posibles milagros atribuidos a su intercesión.

«El Derecho Canónico prescribe dos fases, la diocesana y la romana; la Congregación ha emanada el decreto de la fase diocesana y no sé cuánto durará, porque depende del Vicariato y de la Iglesia local», aclaró el miércoles el prefecto del dicasterio para las Causas de los Santos, según cita «Korazym».

«Cuando hayan recogido toda la documentación requerida trasladarán todo el dossier a mi Congregación y sólo entonces comenzará la fase romana. Y después ya se verá», aclaró.

El purpurado mencionó igualmente que en el caso de Juan Pablo II no cabe hablar de «martirio». «No veo esta posibilidad, es muy difícil. El martirio, de hecho, es algo muy preciso, definido desde un punto de vista teológico, histórico y canónico; mártir es aquél que da la propia vida, que prefiere morir, dejarse matar, por razón de su fe», apuntó.

«No tengo duda de que Juan Pablo II habría respondido así, pero no tuvo la oportunidad», constató.

En cuanto a los que aluden al «martirio» refiriéndose al atentado del 13 de mayo de 1981, el cardenal Saraiva mencionó como plausible hablar de un «martirio moral», pero no de un «martirio físico» según las reglas que «el Derecho Canónico contempla para elevar al honor de los altares a los mártires».

Web oficial de la causa: www.IohannesPaulusII.org .

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ZENIT Staff

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