La consagración al Inmaculado corazón de María. 50 preguntas y respuestas (Segunda parte)

La consagración personal. Las fórmulas personales y más usadas. La recomendación de la Iglesia

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La consagración al Corazón Inmaculado Corazón de María es uno de los actos de culto a la Santísima Virgen que más se han desarrollado en el último siglo, especialmente a raíz de las Apariciones de Fátima. Estas 50 preguntas y respuestas te ayudarán a conocer mucho sobre esta actualísima devoción: en el año 2013 los Patriarcas y Obispos respectivos han consagrado al Corazón Inmaculado de María Irlanda, Filipinas, Líbano y Siria. Además servirán para recordarnos la especial unión que esta devoción tiene con Rusia pues una consagración al Corazón Inmaculado ha cambiado su historia.

II.- LA CONSAGRACIÓN PERSONAL

12.- Qué es una consagración personal mariana? El Papa Pío XII, en un famoso discurso a las Congregaciones Marianas de 21 de Enero de 1945 les explicaba en que consistía la Consagración que el mismo había hecho hace ya tantos años: “La consagración a la Madre de Dios (…) es un don completo de sí, para toda la vida y la eternidad; no es un don puramente formal o de sentimiento, sino efectivo, realizado en la intensidad de la vida cristiana y mariana, en la vida apostólica, en la cual ese don hace del Congregante (del consagrado) el ministro de María y, por así decirlo, sus manos invisibles sobre la tierra, con el espontáneo derramarse de una vida interior sobreabundante, que se extiende a todas las obras externas de la devoción sólida, del culto, de la caridad, del celo”

13.- El Santo Padre habla de entregarse por entero? No es demasiado entregarse por entero a alguien que no es Dios? No, no es demasiado entregarse por entero a alguien que no es Dios, si Dios mismo a situado a esa persona con una preeminencia de totalidad sobre todo lo creado, como Reina y Señora del Universo. Hay que tener en cuenta además que esta entrega total a María ni es obligatoria ni es exclusiva, sino complementaria y auxiliar de la entrega total de nosotros mismos que obligatoriamente debemos hacer a Dios.

14.- Cuáles son los tipos de consagraciones personales a María más conocidos? Los tipos de consagración mariana más conocidos son tres. La consagración filial a María como nuestra Madre, como por ejemplo amaban realizar San Juan Eudes y San Antonio María Claret. La consagración de esclavitud a María como nuestra Reina como por ejemplo hacían las cofradías españolas del siglo XVII o San Luis María Grignion de Monfort. La consagración de vasallaje a María como Nuestra Señora como por ejemplo hacen los caballeros de la Inmaculada de San Maximiliano María Kolbe.

15- Hay algún requisito para hacer bien la consagración a María? Para hacer bien la consagración personal a María hay un sólo requisito: hay que entregarse a María totalmente, sin reservarse nada. Para asegurar esa totalidad en la entrega conviene prepararse durante algunos días meditando sobre lo que nos disponemos a hacer.

16.- Hay alguna fórmula recomendable para hacer la consagración? Hay muchas fórmulas recomendables para hacer la Consagración. Si se quiere hacer la Consagración al Inmaculado Corazón en el espíritu de Fátima puede ser útil la siguiente oración,escrita por Fr. McGlynn OP, el escultor de la Imagen del Corazón de María que está en la fachada del Santuario de Fátima, que tantas veces habló con Sor Lucia: “Virgen María, poderosa madre de Misericordia, Reina del cielo y la tierra, de acuerdo con tus deseos dados a conocer en Fátima, yo me consagro hoy a tu Inmaculado Corazón. A ti te entrego todo lo que tengo, todo lo que soy. Reina sobre mi, querídisima Madre, para que yo pueda ser tuyo en la prosperidad y en la adversidad, en la alegría y el sufrimiento, en la salud y en la enfermedad en la vida y en la muerte.

Siempre compasivo Corazón de María, Reina de las Vírgenes, dirige tu Mirada sobre mi entendimiento y mi corazón y presérvame de toda esa impureza de la que tú te has lamentado tan fuertemente en Fátima. Quiero ser puro como tú. Quiero reparar por los muchos pecados cometidos contra Jesús y contra ti. Quiero atraer hacia mi país y hacia todo el mundo la paz de Dios en la justicia y el amor.

Consciente del significado de esta consagración, prometo esforzarme por imitarte en la práctica de las virutude cristianas sin dejarme llevar por los respetos humanos. He decidido recibir la Sagrada Comunión en el primer sábado de cada mes cuando sea posible, y ofrecer cada día los cinco misterios del rosario, junto con mis sacrificios en espíritu de penitencia y reparación. Amén.

17.- Hay alguna otra fórmula recomendada por el Magisterio? Hay muchas fórmulas recomendadas por el Magisterio, entre ellas el acto de consagración del mundo al Corazón Inmaculado de María que hizo Pío XII el 31 de Octubre de 1942, que podemos utilizar nombrando explícitamente a Rusia. Además está la oración de consagración que recomendaba Juan Pablo II porque es la que él rezaba cada día: la de San Luis María Grignion de Monfort. El santo recomienda realizarla en un día de fiesta mariana y prepararse durante 33 días para hacerlo. El texto de la preparación puede encontrarse con facilidad en Internet, el de la consagración es el siguiente:

“Te saludo, pues, ¡oh María inmaculada!, tabernáculo viviente de la divinidad, en donde la Sabiduría eterna, escondida, quiere ser adorada por ángeles y hombres.

Te saludo, ¡oh Reina del Cielo y de la tierra! A tu imperio está sometido cuanto hay debajo de Dios.

Te saludo, ¡oh Refugio seguro de los pecadores!; todos experimentan tu gran misericordia. Atiende mis deseos de alcanzar la divina Sabiduría, y recibe para ello los votos y ofrendas que en mi bajeza te vengo a presentar.

Yo, N.N., pecador infiel, renuevo y ratifico hoy en tus manos los votos de mi bautismo; renuncio para siempre a Satanás, a sus pompas y a sus obras, y me consagro totalmente a Jesucristo, la Sabiduría encarnada, para llevar mi cruz en su seguimiento todos los días de mi vida y a fin de serle más fiel de lo que he sido hasta ahora.

Te escojo hoy, en presencia de toda la corte celestial, por mi Madre y Señora; Te entrego y consagro, en calidad de esclavo, mi cuerpo y mi alma, mis bienes interiores y exteriores, y hasta el valor de mis buenas acciones pasadas, presentes y futuras.

Dispón de mí y de cuanto me pertenece, sin excepción, según tu voluntad, para la mayor gloria de Dios en el tiempo y la eternidad.

Recibe, ¡oh Virgen benignísima!, esta humilde ofrenda de mi esclavitud; en honor y unión de la sumisión que la Sabiduría eterna ha querido tener para con tu maternidad; en honor del poder que ambos tenéis sobre este gusanillo y miserable pecador, y en acción de gracias por los privilegios con los que la Santísima Trinidad ha querido favorecerte.

Protesto que de hoy en adelante quiero, como verdadero esclavo tuyo, buscar tu honor y obedecerte en todo”.

18.- Cuál es la fórmula de consagración más usada? Probablemente la fórmula de consagración más usada es el Oh Señora mía. Esta fórmula la difundió y propagó el Padre Zucchi en el siglo XVII, aunque parece que proviene del siglo XII: “¡Oh Señora mía, oh Madre mía!, Me ofrezco del todo a vos y en prueba de mi filial afecto, os consagro en este día mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón y todo mi ser. Ya que soy todo vuestro, Oh Madre de bondad, guardadme y defendedme como cosa y posesión vuestra”. Esta fórmula puede usarse para ofrecerse a la Virgen todos los días, repitiéndola después de levantarse.

19.- Hay todavía fómulas más breves? Sí, una preciosa fórmula compuesta por la misma Sor Lucia de Fátima para hacer la renovación diaria de la Consagración: “¡Oh Corazón de María! A Ti consagro mi corazón y mi vida. Guárdame en el tiempo y guía mis pasos a la eternidad feliz.” O también esta del Monfort: «Totus tuus ego sum, et omnia mea
tua sunt. Accipio te in mea omnia. Praebe mihi cor tuum, Maria.» Todo tuyo soy María y todo lo mio es tuyo. En todo lo mio te acojo, Tú dame tu corazón”.

20.- La Iglesia recomienda que nos consagremos personalmente al Corazón Inmaculado de María? Sí, la Iglesia recomienda consagrarse personalmente al Corazón Inmaculado de María. Todos los Papas de los últimos tiempos han estado consagrados personalmente a María. Juan Pablo II llevaba en su escudo pontificio las palabras Totus Tuus para recordar precisamente esa consagración y nos lo ha recomendado en la Redemptoris Mater 38. Y Pablo VI, en la exhortación apostólica “Signum Magnum” de 13 de Mayo de 1967 decía: “exhortamos a todos los hijos de la Iglesia a que renueven personalmente la propia consagración al Corazón Inmaculado de la Madre de la Iglesia, y a que vivan este nobilísimo acto de culto con una vida cada vez más conforme a la Divina Voluntad, con espíritu de filial servicio y de devota imitación de su celestial Reina”.

Leer la primera parte del artículo

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Otets Aleksandr Burgos

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