La cooperación entre la UE y los EE. UU. es esencial para la paz, alertan sus obispos

En el primer encuentro en su género celebrado en Bruselas

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BRUSELAS, lunes, 26 septiembre 2005 (ZENIT.org).- La cooperación entre la Unión Europea y los Estados Unidos –han alertado sus obispos– es esencial para el logro de la paz y la justicia sobre los conflictos del mundo.

Así lo han concluido prelados de la COMECE (Comisión de Conferencias Episcopales de la Comunidad Europea) y de la USCCB (Conferencia Episcopal estadounidense) que se reunieron de 21 al 23 de septiembre en Bruselas.

A este primer encuentro en su género acudieron los obispos para reflexionar sobre algunos de los principales problemas en el contexto de las relaciones trasatlánticas.

«Estamos aquí para promover un mejor entendimiento entre los Estados Unidos de América y Europa», expresó el cardenal Theodore McCarrick –arzobispo de Washington D.C.— en relación con el propósito del encuentro.

La causa de la paz en los Balcanes y en Tierra Santa, el desafío de la seguridad global, la promoción del desarrollo en África, la necesidad del diálogo interreligioso con el Islam, la situación de los migrantes y refugiados y el papel de la religión en la vida pública fueron temas de estos tres días de análisis.

Revela un comunicado de la COMECE que los obispos reunidos estuvieron de acuerdo en que la cooperación entre la UE y los EE. UU. es esencial para la consecución de la justicia y la paz sobre el conflicto y la desesperación del mundo.

Por ello por su parte se comprometieron a alentar la comunicación constante y la colaboración entre la COMECE y la USCCB «por el bien común de todos los pueblos».

Los prelados reafirmaron su apoyo a la Declaración de Desarrollo del Milenio de la ONU y renovaron su deseo de que esta organización adopte las reformas necesarias para afrontar los problemas que acosan a los más pobres y marginados del mundo.

Igualmente lanzaron un llamamiento por un nuevo impulso para remediar los males de África, comprometiéndose por su parte a explorar la posibilidad de trabajar juntos para hacer seguimiento de la agenda del grupo de las ocho naciones industrializadas, centrándose en especial en ese continente.

Por otro lado, tras reflexionar sobre la situación en los Balcanes tras las catastróficas guerras de los ’90, y a la luz de las persistentes tensiones étnicas, del estatus no resuelto de Kosovo y del difícil contexto en Bosnia y Herzegovina, los prelados europeos y estadounidenses han decidido promover juntos formas de impulsar la paz y la reconciliación en la región, además de seguir apoyando a la Iglesia y las comunidades cristianas allí.

Aplaudiendo el reciente progreso en el proceso de paz en Oriente Medio, los obispos reafirmaron su solidaridad con la Iglesia en Tierra Santa. En el encuentro se constató además que se deben intensificar los esfuerzos para asegurar una paz duradera con el apoyo y la intervención de la UE y de los EE. UU.

Afrontando cuestiones sobre el papel de la religión en la vida pública y la relación entre Cristianismo e Islam, subrayaron que la libertad religiosa y el diálogo interreligioso son esenciales para asegurar la paz en el mundo.

Conscientes de la diferencia entre lo temporal y lo espiritual, los prelados reconocieron el papel respectivamente de la Iglesia y del Estado en la sociedad.

Advirtieron que la religión no puede ser confinada a la esfera privada –pues tiene una dimensión pública— y que tiene una función importante en ayudar a los laicos a cumplir su vocación de jugar un papel responsable en la escena pública.

Han acudido al encuentro de Bruselas –además del cardenal McCarrick— por parte de la USCCB (www.usccb.org) el obispo Nicholas DiMarzio –de Brooklyn–, el obispo William Murphy –de Rockville Centre, Nueva York–, el arzobispo John Myers –de Newark— y el obispo John Ricard –de Pensacola-Tallahassee, y presidente de la Comisión episcopal de Política Internacional–.

El encuentro ha contado, por parte de la COMECE (www.comece.org), con el obispo Josef Homeyer –presidente del organismo–, los vicepresidentes Hippolyte Simon –arzobispo de Clermont– y Adrianus van Luyn –obispo de Rótterdam–, el arzobispo Fernand Franck –de Luxemburgo–, el obispo Piotr Jarecki –auxiliar de Varsovia–, el obispo William Kenney –auxiliar de Estocolmo–, el arzobispo Diarmuid Martin –de Dublín–, el obispo Giuseppe Merisi –auxiliar de Milán–, el obispo Peter Moran –de Aberdeen– y el obispo Leo Schwarz –auxiliar de Trier y presidente de la Comisión europea Justicia y Paz–.

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ZENIT Staff

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