La deuda exterior sigue esperando una solución

En las naciones pobres queda mucho por hacer

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NUEVA YORK, 7 junio 2003 (ZENIT.org).- En la preparación del Año Jubilar del 2000, una intensa campaña de opinión pública enfocó su atención sobre el peso de la deuda de los países pobres. Desde entonces, se han hecho progresos, pero la cuantía de la deuda condonada es limitada y permanecen muchos obstáculos.

Antes, en 1996 el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI) lanzaron la Iniciativa de Deuda para los Países Pobres fuertemente endeudados (HIPC). Este programa establecía un marco donde proveer la condonación de la deuda, en la esperanza de reducir las constricciones económicas sobre el crecimiento y la reducción de la pobreza impuestas por la carga de la deuda.

En 1999, el programa se amplió, como resultado de continuadas presiones de, entre otros, el Papa, las organizaciones de ayuda católicas y muchas organizaciones no gubernamentales. Los cambios, reflejados en la HIPC II, incluían: bajar el umbral de deuda que un país está cualificado para sobrellevar; acelerar el levantamiento de los créditos; y hacer más esfuerzos para aliviar la pobreza. El Banco Mundial estima que la suma total de los pagos que se condonarán en los próximos años ronda los 55.000 millones de dólares.

De los 40 o más países que se proyectó originalmente incluir en el programa, 26 han alcanzado lo que el Banco Mundial llama «puntos de decisión», y han recibido la condonación de lo que sumará a la larga 40.000 millones de dólares. De estos 26, ocho países – Benín, Bolivia, Burkina Faso, Malí, Mauritania, Mozambique, Tanzania y Uganda – han logrado los puntos a cumplir, obteniendo la condonación de la deuda contemplada en el programa.

Entre los éxitos puestos de relieve por el Banco Mundial está Tanzania. Ha recibido 3.000 millones de dólares en condonación de la deuda, y han usado el dinero ahorrado del pago por los intereses de la deuda para aumentar el gasto en educación y eliminar el que los ciudadanos tengan que pagar por la educación elemental. En Mozambique, las autoridades han sido capaces de incrementar el gasto en salud, y medio millón de niños han sido vacunados contra el tétanos, la tos ferina y la difteria, aumentando la cobertura hasta el 80% en los dos últimos años.

El Banco Mundial calcula que los 26 países que se han beneficiado de la condonación de la deuda bajo el HIPC han ahorrado una media 1.300 millones de dólares al año debido a los costes más bajos de mantenimiento de la deuda, comparados con los pagos de 1998-99. El pago de los intereses ha bajado, teniendo en cuenta el porcentaje del Producto Interior Bruto, hasta en un 2,4% desde el 3,7% y, en porcentaje de recaudación del gobierno, en un 13%, cuando antes estaba en el 24%.

Estimaciones optimistas
Logros aparte, el programa de HIPC ha tenido sus problemas. Según un estudio interno del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, hecho público el pasado 6 de septiembre por el Financial Times, la mitad de los 20 países examinados es probable que superaran sus objetivos de deuda alcanzables.

«Las primeras previsiones contenían con frecuencia estimaciones excesivamente optimistas, que reflejaban… un análisis inadecuado de las fuentes de crecimiento disponibles y el impacto esperado por las políticas previstas», establecía el estudio. Entre las causas de los pobres resultados está caída de los precios de materias primas, que han golpeado a algunos de los países más fuertemente endeudados, que dependen mucho de las exportaciones agrícolas.

Y el pasado 22 de octubre el Financial Times informaba de que un encuentro de ministros de economía africanos criticaba el programa de levantamiento de la deuda por no dar los pasos con el fin de reducir la pobreza en algunos de los países más pobres del continente.

«Está claro que la iniciativa HIPC no está funcionando del todo bien», decían los ministros. «Sólo seis países africanos han logrado sus puntos a cumplir y para algunos la deuda sigue siendo insostenible».

Parte de la culpa de no lograr reducir suficientemente los niveles de deuda recae en las políticas comerciales de las naciones desarrolladas, afirma Vikram Nehru, encargado del programa HIPC del Banco Mundial. Nehru explicaba que los fuertes subsidios para la producción agrícola en Europa y Estados Unidos impiden a los campesinos en países en vías de desarrollo exportar sus productos, informaba el 13 de enero la BBC.

«Se ha dado el caso de que políticas comerciales que buscan proteger a los productores domésticos de materias primas en el mundo desarrollado terminan por dañar a los países pobres que están recibiendo la condonación de deuda a través de otro programa», afirmaba Nehru.

Otras críticas se centran en las condiciones ligadas a la condonación de la deuda. El 20 de abril el periódico británico The Observer hacía notar que para resultar aptos para la iniciativa HIPC, los gobiernos deben privatizar las industrias, para recortar despiadadamente el gasto público, y aumentar la carga de los servicios básicos sobre los ciudadanos. El artículo pedía una relajación de las condiciones para permitir que el programa se extendiera más.

África enferma
El 7 de enero la organización Jubilee Research, con sede en el Reino Unido, hacía pública una nota de prensa que acusaba a los acreedores de renegar de su compromiso de cancelar las deudas de los países pobres. La organización es una continuación de Jubileo 2000 que hizo campaña para la condonación de la deuda en el año 2000. Hacía notar que dos años después del plazo fijado por la campaña, menos de 36.000 millones de dólares habían sido declarados como pagados, a pesar de las promesas de los líderes del mundo de cancelar 110.000 millones de dólares.

Por adelantado a la cumbre del G-8 en Evian, Francia, fijada para el 1 al 3 de junio, la agencia de ayuda católica británica CAFOD publicó una nota de prensa el 23 de mayo pidiendo a los líderes mundiales que no se distrajeran del «escándalo de la pobreza en África».

En la cumbre del G-8 del año pasado en Kananaskis, Calgary, los líderes prometieron: «Ningún país que confíe genuinamente en la reducción de la pobreza, el buen gobierno y las reformas económicas carecerá de la oportunidad de lograr las Metas del Desarrollo del Milenio por falta de financiación».

Pero afirmaba CAFOD que «Etiopía, Níger y Ruanda se les está denegando que hagan precisamente eso». Según CAFOD, estos tres países han elaborado planes dirigidos a erradicar la pobreza, pero están siendo privado del dinero necesario para poner en acción estos planes porque la financiación adicional los desviaría de sus acuerdos para el sostenimiento de la deuda con el Banco Mundial y el FMI.

CAFOD, Jubilee Research y Jubilee Debt Campaign publicaron un informe el 16 de mayo titulado: «¿Eliminará el G-8 la deuda? Cinco años después de la cadena humana de Birmingham, ¿qué se ha logrado, y que más se necesita hacer?». El aniversario se refiere a una cadena humana de protesta organizada en la reunión del G-8 en Birmingham, Inglaterra, en 1998 que pedía la condonación de la deuda.

En 1998 la Jubilee 2000 Coalition identificó a 52 países con necesidad de condonación de deuda. En aquel momento, estos países (y otra nación que se incluyó más tarde en la lista de HIPC), debían un total de 375.000 millones de dólares, que debían ser pagados en periodos de tiempo de más de 40 años. Esta suma era casi una vez y media su producto interior bruto conjunto.

El informe observa que se proyectó originalmente que a finales del año pasado 19 países habrían entrado plenamente en el proceso del HIPC. Hasta ahora, sólo 8 países han recibido amortizaciones sustanciales de la deuda. El informe culpa de los retrasos a las condiciones de ajuste estructural del FMI, al que acusan de estar «diseñadas para proteger los activos e intereses de los
acreedores».

Estas condiciones, indica el informe, «están retrasando la cancelación de la deuda, forzando políticas deflacionistas en países pobres y, en algunos casos, invierten incluso la cancelación de la deuda pagada en 1998-2000. «De hecho, el pago de los intereses sobre la deuda de los 53 países de la lista de Jubilee 2000 ha aumentado realmente entre 1998 y el 2000, desde los 21.900 millones de dólares al año hasta los 25.000 millones.

El informe comenta: «La mayoría de los pueblos más pobres y endeudados del mundo sigue esclavizada por la deuda, sin esperanzas reales bajo las actuales políticas, de liberarse del endeudamiento». Los países endeudados sólo pueden confiar en no tener que esperar hasta el próximo jubileo para que se vuelva a prestar atención a sus necesidades.

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ZENIT Staff

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