CIUDAD DEL VATICANO, 19 octubre 2001 (ZENIT.org).- Si se aceptara la propuesta de adoptar como edad para la jubilación de los obispos los 65 años, la mitad de los participantes en el Sínodo que se celebra en Roma debería irse a su casa.
Esta fue la constatación que hizo con bastante humor el cardenal Jan Pieter Shotte, secretario general del Sínodo de los obispos, al presentar ante la asamblea general algunos datos estadísticos sobre la asamblea que afronta durante este mes de octubre precisamente el tema del obispo.
De hecho, según reveló el purpurado belga, la Secretaría ha analizado la edad media de los 280 participantes en el Sínodo y ha podido constatar que la edad media es de 64,87 años.
En la primera serie de ponencias ante la asamblea general, continuó ilustrando el cardenal Schotte revelando datos estadísticos, intervinieron 229 participantes: 75 en inglés, 51 en italiano, 47 en francés, 42 en castellano, 10 en alemán, dos y medio en latín (un obispo pronunció mitad del discurso en latín y mitad en castellano), y uno en ruso.
El padre sinodal más anciano es Stéphanos II Ghattas, patriarca de Alejandría de los Coptos (Egipto), con 81 años y 8 meses. El más joven es monseñor Mathieu Madega, obispo auxiliar de Libreville (Gabón), con 41 años y 3 meses.
Si se reúnen las edades de todos los obispos participantes, la cifra total alcanzaría los 3.841 años. El promedio de años como obispo entre los presentes es de 16,3 años.
El prelado con más años de ordenación episcopal en la asamblea es el cardenal beninés Bernardin Gantin, ex prefecto de la Congregación para los Obispos, quien tiene 44 años como obispo (uno más que Karol Wojtyla).
El obispo de más reciente ordenación en el Sínodo es monseñor Denis Wiehe, obispo coadjutor de Port Victoria (Islas Seychelles), quien fe consagrado hace tan sólo dos meses.
Por cierto, en su intervención ante la asamblea general, monseñor Wiehe demostró un notable sentido del humor: entre otras cosas, invitó a los presentes a ir de vacaciones a sus amadas Islas Seychelles.
