La educación alternativa da resultados demasiado buenos como para ser ignorados

Bonos escolares y colegios concertados, tenue esperanza para la educación

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NUEVA YORK, 28 de junio de 2003 (ZENIT.org).- La ciudad de Nueva York está inmersa en un largo debate sobre cómo reformar la educación pública en Estados Unidos. El alcalde Michael Bloomberg está intentando romper el poder de los burócratas atrincherados, fichando a antiguos ejecutivos de negocios, para hacer funcionar el sistema de acuerdo a las directrices de los modernos principios de gestión, informaba el Business Week el 9 de junio.

La magnitud de la tarea, a la que tienen que hacer frente los reformadores, resulta evidente desde el momento en que sólo el 16% de los estudiantes que entraron en bachillerato (preparatoria) en 1998 consiguieron pasar las pruebas necesarias para lograr el diploma Regents, el título que representa la competencia básica en temas centrales tales como matemáticas, lectura e historia. Business Week afirmaba que los problemas se extienden a lo largo del país, con fallos en muchas escuelas públicas, mientras los estados y ciudades tienen que hacer frente a un empeoramiento en los recortes presupuestarios.

Una solución propuesta desde hace tiempo es la introducción de bonos escolares. Un estudio reciente sobre los estudiantes de Nueva York respalda la tesis de que los bonos pueden proporcionar una mejor educación para los estudiantes con necesidades, informaba el 13 de junio el New York Times.

Dos profesores de la Universidad de Harvard, Paul Peterson y William Howell, llevaron a cabo un estudio con 1.300 estudiantes de Nueva York, que se trasladaron de la escuela pública a la privada utilizando un sistema similar a los bonos. La investigación mostró que los estudiantes negros que entraron en escuelas privadas lograron calificaciones significativamente más altas que sus compañeros de la escuela pública en pruebas iguales. «El descubrimiento más significativo en los datos es que los bonos tienen un efecto positivo para los afroamericanos», afirmaba Peterson en una conferencia de prensa.

El New York Times ponía de relieve que no todos están de acuerdo en la interpretación de los datos, y que hay disputas sobre algunas cuestiones metodológicas. Sin embargo, Peterson afirmaba que sus conclusiones han confirmado lo que otros académicos habían escrito con anterioridad. También observaba: «Parece que en los colegios católicos los afroamericanos tienen puntuaciones más altas en los exámenes».

Siguen adelante los planes para introducir los bonos en algunos estados. La cámara legislativa de Colorado ha dado su aprobación a una ley que permite a algunos estudiantes con pocos ingresos utilizar dinero público para ingresar en escuelas privadas o parroquiales, informaba el 7 de abril el Wall Street Journal. Los destinatarios son aquellos estudiantes que viven en grandes distritos con resultados escolares pobres. La aprobación de la ley tuvo lugar tras haberse rechazado el sistema de bonos en dos referéndum en los años 90.

En Florida, la cámara estatal ha aprobado recientemente una ley que daría bonos para pagar escuelas privadas a los hijos de los militares veteranos y al personal en activo. Según el Wall Street Journal, hay actualmente 11.000 estudiantes incluidos en los programas de bonos en Milwaukee, 5.000 en Cleveland y 650 en Florida. La ley de Colorado añadiría otros 17.500 a estas cifras para el año 2007.

«Nunca he visto tanta actividad legislativa como este año», afirmaba Clint Bolick, vicepresidente del Institute for Justice, un grupo de abogacía legal con sede en Washington, D. C., que ayudó a defender el programa de bonos de Cleveland ante la Corte Suprema de Estados Unidos.

Una larga lista de espera
Otra propuesta de reforma que se está haciendo cada vez más popular son los «colegios concertados» (las «Charter schools», que tienen mayor libertad aunque forman parte del sistema público). Para superar lo que algunos consideran como un sistema escolar público excesivamente rígido, los colegios concertados reciben fondos estatales pero operan con diversos grados de autonomía de los distritos y leyes escolares locales.

El pasado 18 de noviembre, el Washington Times informaba de que el número de colegios concertados alcanzaba en Washington, D. C. las 11.500 en el año 2002, extendiéndose a 38 colegios. Otros 1.000 estudiantes están en lista de espera. Esta cifra hay que compararla con los 67.522 estudiantes que acogen los colegios públicos.

A pesar de su atractivo, el movimiento de los colegios concertados está teniendo problemas. El movimiento se extiende a unos 2.700 colegios en 39 estados y el distrito de Columbia, y educa a 600.000 estudiantes, informaba el 21 de enero el Wall Street Journal.

Pero el número de nuevos colegios concertados está bajando, y las dificultades financieras en algunas instituciones están llevando a una regulación más estricta. Texas está intentando que se le devuelvan 5,7 millones de dólares de 19 colegios concertados cerrados, acusados de cobrar de más al estado. Y una nueva ley de California prohíbe a los operadores que abran campus fuera del condado o distrito escolar que les concedió la posibilidad de abrir colegios concertados.

Sin embargo, muchos padres continúan entusiasmados, reconocía el Journal. Según una estimación, las listas de espera en los colegios concertados existentes podrían llenar 900 colegios más.

Un artículo del New York Times del 5 de marzo se mostraba más crítico con los colegios concertados. El artículo decía que en Arizona, que tiene 457 colegios concertados, el 36% de ellos han sido clasificados como de bajo rendimiento por el estado, en comparación con el 19% de las escuelas públicas.

Otro artículo del Times, el 8 de abril, también criticaba este tipo de colegios. El periódico acusaba a los colegios concertados de confiar demasiado en «profesores jóvenes, sin experiencia y no acreditados». La acusación se basaba en un estudio sobre los educadores de los colegios concertados, llevado a cabo por investigadores de las universidades de California y Stanford.

Pero dicho estudio, a su vez, fue criticado por el Center for Education Reform, una organización sin ánimo de lucro con sede en Washington, D. C., que está a favor de este tipo de colegios. La organización decía que los datos del estudio eran erróneos. «Saber la materia es lo que importa», decía la presidente del centro, Jeanne Allen. Defendía que el estudio ignoraba los logros conseguidos que ella afirma se están documentando en los colegios concertados en Michigan, California y otros estados.

En California, se han revocado 20 colegios concertados de los 473 colegios que se habían creado, informaba el 1 de junio el Los Angeles Times. Se han impuesto más regulaciones, complicando el comienzo y puesta en funcionamiento de los colegios concertados. Una aplicación típica ahora necesita más de 100 páginas, en comparación con las 20 páginas de hace una década. Este año escolar se han abierto 79 colegios concertados, lo que significa que en el estado hay un total de 436.

Un artículo del 30 de abril en el Boston Globe defendía este tipo de colegios. Comentado sus resultados en Massachussets, el periódico observaba que las uniones de profesores de colegios públicos han renovado recientemente sus ataques a los colegios concertados. El artículo admitía que no todos estos colegios han tenido éxito. «Pero en general, las escuelas innovadoras han ido bien».

Apoyan esta afirmación los resultados de los exámenes estatales del año pasado. Según los resultados del Massachussets Comprehensive Assessment System, dos tercios de los colegios concertados obtuvieron los mejores resultados de distrito en los exámenes del años 2002. En Boston, cuatro de los ocho mejores fueron colegios concertados.

Éxito en Alberta
Una de las acusaciones contra los colegios concertados es que simplemente toman a los mejores estudiantes de las escuelas públicas. Pero el Boston Globe observaba
que, de hecho, «estos colegios actúan de manera impresionante al inscribir tanto a estudiantes de minorías como a aquellos que se clasifican con almuerzo libre o reducido».

También se han documentado resultados positivos en Canadá, donde sólo una provincia, Alberta, tiene colegios concertados. Los estudiantes en la mayoría de los 10 colegios concertados de Alberta sobresalen por sus resultados escolares en los exámenes de la provincia, según un estudio publicado el 17 de febrero por el National Post. Este estudio ha suscitado llamamientos para introducir estos colegios alternativos en otras zonas de Canadá.

En el primer informe principal para supervisar los colegios concertados en la provincia, basado en los resultados de los exámenes de 1997-2001, los estudiantes de colegios concertados puntuaron por encima de la media provincial en temas como inglés, ciencias y sociales. Los estudiantes de colegios concertados superaron a sus compañeros en los exámenes estandarizados en un 60% en las 180 comparaciones que los investigadores hicieron entre 8 colegios concertados y otros colegios provinciales durante un periodo de tres años.

José da Costa, profesor asociado de educación en la Universidad de Alberta y uno de los autores del informe, afirmaba que estas escuelas han tenido éxito por su educación especializada y porque sus administradores ponían un gran esfuerzo en encontrar buenos profesores. Asimismo, los padres están con frecuencia muy implicados en la educación de sus hijos, afirmaba.

Los debates sobre la reforma de la escuela continuarán, pero los bonos y los colegios concertados están dando resultados sólidos.

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ZENIT Staff

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