La educación sexual, derecho primario de la familia

Según el cardenal Joseph Zen de Hong Kong

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HONG KONG, viernes, 21 diciembre 2007 (ZENIT.org).- La educación sexual no tendría por qué ser educación en la contracepción, dijo el cardenal y obispo de Hong Kong, Joseph Zen. El purpurado chino hizo un llamamiento a la sociedad para que promueva a las familias como primeras educadoras en la sexualidad.

En una carta pastoral con motivo de la próxima Navidad, el cardenal Joseph Zen responde a la tendencia a dar más información a los jóvenes sobre contracepción y proponer «abortos tempranos», como solución a los embarazos inesperados.

«El santo Niño en el pesebre está llorando –escribe el purpurado– por tantos jóvenes extraviados, tantas familias destrozadas y tantas pequeñas vidas perdidas».

«La educación sexual no puede ser distinta de la educación en valores. La idea de quienes abogan por una educación libre de valores es ya una opción de valor. Cuando una persona sugiere que el aborto, la terminación de una vida inocente, es una solución para una muchacha que afronta un embarazo no esperado, ya ofrece una serie de valores vitales», indica el cardenal Zen.

«Hoy, los medios califican la educación sexual con una orientación de valor hacia el matrimonio, la familia y la vida, como imposición de los fardos de la «represión» y la «continencia», y no como una ancha vía de formación que guíe a los jóvenes hacia el dominio de sí y el respeto a la dignidad de los cuerpos ajenos. Este tipo de discurso es verdaderamente rechazable», añadió el obispo de Hong Kong.

«La psicología moderna subraya claramente que el autodominio es elemento necesario de una personalidad madura y del éxito en la vida. Educamos a los estudiantes en la autodisciplina y les capacitamos para el logro de su desarrollo físico y académico. ¿Por qué excluimos la autodisciplina en el desarrollo psicosexual?», se pregunto el cardenal Zen.

Insistió en que los padres son los primeros y más importantes educadores de sus hijos en cuanto a la sexualidad. Añadió que los padres tienen el derecho y la responsabilidad innatos de comunicar un saludable y positivo punto de vista sobre el sexo para el bien de la comunidad.

«Las escuelas y otras estructuras sociales deberían reforzar las responsabilidades y capacidades de los padres sobre educación sexual, no suplantarlos –escribe–. Este derecho innato de los padres debe ser respetado por las sociedades civilizadas».

El purpurado anunció también su plan para lanzar un movimiento pro vida y pro familia, invitando a los jóvenes y adultos a escribir sobre la materia.

«Sólo el amor puro entre un hombre y una mujer jóvenes es verdaderamente gratificante –dijo–. Sólo una familia unida es un soporte permanente de la vida; sólo una sociedad que acoge la vida y les educa a caminar por la senda de los mandamientos de Dios puede traer felicidad».

La carta del cardenal es una respuesta a varios sucesos recientes, incluyendo el de una chica de catorce años que mató a su bebé recién nacido.

Una encuesta de la «Family Planning Association» de Hong Kong muestra que el 50% de los estudiantes de secundaria superior dicen que tener relaciones prematrimoniales está bien. El 25% están también a favor del aborto.

Traducido del inglés por Nieves San Martín

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ZENIT Staff

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