La Eucaristía, fuerza de los católicos bajo las bombas en Irak

Según monseñor Shlemon Warduni, obispo auxiliar del Patriarcado Caldeo de Bagdad

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BARI, viernes, 27 mayo 2005 (ZENIT.org).- Monseñor Shlemon Warduni, obispo auxiliar del Patriarcado Caldeo de Bagdad, constata que la Eucaristía es la fuerza a los católicos en medio de la violencia que afrontan desde hace años.

Al ofrecer su testimonio en el Congreso Eucarístico Nacional Italiano, el prelado ha constatado que ser cristiano en Irak non es fácil, «pero no sólo hoy; desde hace décadas nuestro pueblo vive en el sufrimiento».

«La guerra no ha hecho más que empeorar las cosas –subraya–. Rezamos todos los días pidiendo paz. Nos despedimos diciendo: la paz sea contigo. Anunciar a Cristo quiere decir anunciar el Evangelio de la paz. La Eucaristía en este anuncio nos da fuerza».

En Irak, los católicos caldeos son una minoría que cuenta con poco más de 700 mil fieles en un país de más de 26 millones de habitantes, en el 97% musulmanes.

«La guerra lo destruye todo –exclamó el obispo de Bagdad al ofrecer su testimonio ante el Congreso–. Nosotros lo experimentamos cada día: la guerra no resuelve ningún problema. Es más, trae otros: hambre, muertos, huérfanos, familias destruidas, inmoralidad».

«A mi alrededor veo cotidianamente artefactos que matan a inocentes. ¿Para qué? Que Dios dé luz a esos dirigentes del mundo responsables de esto. Que busquen ante todo el bien de los iraquíes, antes de decidir si hacen la guerra en Irak o en otras partes», pidió.

«Nuestra evangelización consiste en visitar a los pobres, en dar medicinas a los enfermos musulmanes, en visitar a los necesitados. Sería una tontería o algo contraproducente pensar que se puede evangelizar según las categorías europeas –reconoce–. Con los musulmanes no hablamos de la Eucaristía, la vivimos».

«¡A cuántos hemos ayudado! –exclama– Y los musulmanes lo ven, la comprenden, se quedan impresionados. Íbamos a las parroquias cuando caían los misiles. Y esto les ha impresionado a los musulmanes».

Además, concluye Warduni, anunciamos el «Evangelio de la paz. Éste es el anuncio de Cristo: predicar la paz, el amor, sin venganzas, sin hostilidad. Esto toca el corazón de los musulmanes mucho más que muchas palabras».

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ZENIT Staff

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