ROMA, 14 diciembre 2001 (ZENIT.org).- La actual crisis en Tierra Santa, que ha alejado a los peregrinos y turistas, ha sumido en la miseria a miles de trabajadores.
Los responsables de las peregrinaciones hacen, por este motivo, un llamamiento a reanudar los viajes a los Santos Lugares.
«La miseria genera violencia. Es la desesperación la que transforma a los padres de familia en kamikazes. También por esto debemos reanudar las peregrinaciones a Tierra Santa», afirma en declaraciones a la prensa el administrador delegado de Obra Romana de Peregrinaciones (ORP), institución a la diócesis de Roma, monseñor Liberio Andreatta
La ORP había recibido 20 mil reservaciones de peregrinos que querían visitar Tierra Santa dentre octubre y diciembre 2000. El estallido en ese momento de la Intifada provocó la cancelación de todas las reservaciones. En el año 2001, los peregrinos que ha enviado la ORP a la región ha sido tan sólo de un 2% con respecto al año anterior.
Otra de las agencias de peregrinaciones más importantes en Italia, Brevivet, envió entre enero y octubre de 2000 40 mil peregrinos a Tierra Santa. En el año 2001, han sido 500.
«La drástica reducción del flujo ha dejado en la calle a miles de familias y a enteras comunidades. Quien trabajaba en los hoteles, en los restaurantes, en los transportes, en la artesanía atraviesa una situación extrema. Tienen necesidad de nosotros», añade Andreatta.
Según el director de peregrinaciones, «los hechos dolorosos de la crónica no implican de ningún modo a los itinerarios de los peregrinos. En treinta años nunca se les ha tocado ni siquiera un pelo. Palestinos e israelíes les respetan, pues son signos de paz y de fe. Además, para muchos representan la principal fuente de subsistencia».
«El problema no es de seguridad sino psicológico –asegura–: vemos la televisión, leemos los periódicos y muchos se hacen la idea de acabar en medio de un campo de batalla. No es así».
En realidad, el único lugar donde la situación sigue siendo precaria es Belén, pues no se puede entrar todos los días.
La ORP junto a la asociación que organiza las peregrinaciones de enfermos a Lourdes, Unitalsi, había organizado para este viernes el viaje de 240 peregrinos, entre ellos, cincuenta enfermos. La peregrinación ha tenido que ser atrasada por problemas técnicos, no de seguridad.
«Estamos desilusionados pero no resignados –afirma Salvador Pagliuca, vicepresidente de Unitalsi—. La iniciativa sólo se ha retrasado. Queremos hacerla a principios de 2002».
Pagliuca reconoce que los organizadores no hubieran podido respetar el programa: «Hemos recibido 240 solicitudes, más de las previstas, y hemos tenido dificultades para contar con los aviones necesarios y alojamiento, en una realidad en la que muchas estructuras de acogida se han visto obligadas a cerrar».
