La familia educa en el cuidado de la creación

Mensaje de la Conferencia Episcopal Italiana para la 8ª Jornada por el cuidado de la creación

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La Conferencia Episcopal Italiana ha publicado el Mensaje por la 8ª Jornada por el cuidado de la creación, que se celebrará el próximo 1 de septiembre.  El mensaje va firmado por la comisión episcopal para los problemas sociales y el trabajo, la justicia y la paz y de la comisión episcopal para el ecumenismo y el diálogo.

En el mensaje recuerdan que «la primera escuela del cuidado y de la sabiduría es la familia».  De María y José, «Jesús aprendió a mirar con asombro a los lirios del campo y  los pájaros del cielo, a admirar el sol que el Padre hace salir sobre buenos y malos o la lluvia que cae sobre justo e injustos». (cfr Mt 5,45).

En el texto se preguntan ¿por qué miramos a la familia como escuela del cuidado de la creación? «Porque la 47ª Semana Social de los Católicos Italiano, que tendrá lugar del 12 al 15 de septiembre en Turín, tendrá como tema: La familia, esperanza y futuro para la sociedad italiana».

Se señala también en el texto que «en este camino nos guía el luminoso magisterio del papa Francisco, que ha exhortado varias veces, desde el inicio del pontificado, a cultivar y cuidar la creación: es una indicación de Dios dad no sólo al inicio de la historia, sino a cada uno de nosotros; es parte de su proyecto […]'»

Los obispo indican tres perspectivas para desarrollar en las comunidades: la cultura de la custodia que aprende en familia se funda, de hecho sobre la «gratuidad, la reciprocidad y la reparación del mal».

Sobre la gratuidad afirman que «la familia es maestra de la gratuidad del don, que primero recibe de Dios. El don es su tarea y su misión en el mundo. Es su rostro y su identidad. Sólo así las relaciones se hacen auténticas y se crea un vínculo de libertad con las personas y las cosas».

En relación a la reciprocidad señalan que «la familia tiene una importancia decisiva en la construcción de buenas relaciones con las personas, porque en ella se aprende el respeto de la diversidad. Cada hermano, de hecho, es una persona diferente de la otra. Es en familia que la diversidad, en vez de ser fuente de envidia y de celos, puede ser vista desde pequeños como riqueza».

Y finalmente la reparación del mal, donde explican que «en la familia se aprende también a reparar el mal realizado por nosotros mismo y por los otros, a través del perdón, la conversión, el don de sí. Se aprende el amor por la verdad, el respeto de las leyes naturales, la custodia de la ecología social y humana junto a la ambiental».

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ZENIT Staff

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