La familia en España está amenazada, según dos nuevos miembros de un Consejo vaticano

Declaraciones del rector de la Universidad Católica de Murcia y de don Santiago Martín

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MADRID, viernes, 10 septiembre 2004 (ZENIT.orgVeritas).- Los dos españoles nombrados consultores del Consejo Pontificio para la Familia aseguran que esta elección de Juan Pablo II les motiva a trabajar aún con más empeño para defender a la familia en España, amenazada por proyectos legislativos del actual gobierno.

Uno de ellos, José Luis Mendoza, padre de 14 hijos, miembro del Camino Neocatecumenal y presidente de la Universidad Católica de San Antonio de Murcia (UCAM), reconoció al recibir la noticia que se siente «sorprendido y muy emocionado»

«Supone para mí y para mi esposa una ratificación del amor de Dios», confiesa.

«Nos emociona y estamos muy agradecidos al Santo Padre. La UCAM es fruto de nuestra experiencia de fe como matrimonio cristiano, es una universidad fundada sobre una familia cristiana», afirma Mendoza.

Para el presidente de la UCAM, este nombramiento «nos lleva a preparar todavía con más ilusión» el próximo congreso sobre la familia que la Universidad celebrará hacia finales de año, y que se centrará en el derecho a la libertad de educación de los padres.

Mendoza cree que la situación de la familia en España es «muy delicada» y califica de «preocupante» «la posición contra la familia del gobierno socialista».

«Se están planteando una serie de leyes que podrían hacer mucho daño a la sociedad. Concretamente, la anunciada aprobación del matrimonio homosexual constituye un acto grave e irresponsable, cuyas consecuencias pueden ser tremendas», reconoció.

El otro nuevo consultor español del Consejo Pontificio para la Familia es Santiago Martín, párroco de María Virgen Madre, en Madrid, periodista y fundador de los Franciscanos de María.

El sacerdote considera que la familia en España «goza, todavía, de buena salud en general», aunque hay «síntomas serios de deterioro, tales como el creciente aumento de divorcios o el cada vez mayor número de parejas que conviven sin casarse».

Señala que «lo peor de todo está en el hecho de que el ciudadano medio no se da cuenta de la gravedad del problema y sigue votando a partidos que no apoyan a la familia».

«Las nuevas leyes anunciadas por el Gobierno, como la de facilitar aún más el divorcio o equiparar las parejas de hecho a las familias, son serias amenazas que, con razón, la Iglesia denuncia enérgicamente», reconoce.

«Un nombramiento como éste es una responsabilidad –confiesa por último–, por la confianza que han depositado en quien lo recibe aquellos que se lo dan. Intento que el peso de esa responsabilidad no me angustie, pues confío en la fuerza de Dios y en la oración de mis amigos».

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ZENIT Staff

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