La fiebre de la libertad religiosa en el mundo

Informes sobre países que suscitan especial preocupación

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ROMA, viernes, 18 mayo 2007 (ZENIT.org).- El 2 de mayo la Comisión de Estados Unidos sobre Libertad Religiosa Internacional (USCIRF) publicaba su informe anual junto con sus recomendaciones sobre qué naciones debían considerarse «países de especial preocupación» (CPC, «countries of particular concern»).

La comisión fue creada por la Ley de Libertad Religiosa Internacional de 1988. Su informe anual se diferencia del extenso análisis sobre libertad religiosa del Departamento de Estado por el hecho de que sólo examina un limitado número de países.

La lista de los CPC cubre a aquellos países donde las autoridades están implicadas en violaciones sistemáticas de la libertad religiosa. Las recomendaciones de la comisión para el 2007 son: Birmania, Corea del Norte, Eritrea, Irán, Pakistán, China, Arabia Saudí, Sudán, Turkmenistán, Uzbekistán y Vietnam.

La designación de un país como CPC depende de una decisión del Departamento de Estado. En noviembre del 2006, Arabia Saudí, China, Corea del Norte, Sudán, Irán, Eritrea y Birmania fueron designados de nuevo como CPC por la secretaria de estado, Condoleeza Rice.

Hay también una lista de observación, de la que forman parte países donde las violaciones son graves, aunque menos que en el grupo CPC. Este año Irak se ha añadido a esta lista, junto a aquellos que ya estaban en el informe del año pasado: Afganistán, Bangla Desh, Bielorrusia, Cuba, Egipto, Indonesia y Nigeria.

En la carta enviada a la secretaria de estado Rice acompañando la lista de sus recomendaciones, la comisión lamentaba que el año pasado se hubiera quitado a Vietnam de la lista CPC. Ha habido avances positivos en el área de la libertad religiosa pero, continuaba la carta, en los últimos tiempos Vietnam ha renovado su persecución. Por ello, el informe de este año pide que se vuelva a incluir Vietnam en la lista de CPC.

Las minorías de Oriente Medio
La carta también explicaba por qué Irak se ha añadido a la lista de países en observación. Aunque los grupos extremistas están detrás de la mayoría de los ataques, el gobierno iraquí también es responsable de violaciones de derechos humanos. Asimismo, continuaba la comisión, las autoridades toleran ataques de algunas facciones basados en motivos religiosos.

El informe mismo entra en más destalles sobre Irak, incluyendo la preocupación por las «graves condiciones» que afectan a los cristianos y a otras minorías religiosas en Irak. En algunas zonas, observa el informe, «se ha informado de que los cristianos han dejado de participar en los servicios religiosos públicos por miedo a provocar más violencia». La comisión estima que, entre el 2004 y el 2006, 27 iglesias asirio-caldeas han sido atacadas o bombardeadas en Bagdad y en las zonas kurdas.

La extensión de la violencia, junto con «la extendida discriminación y marginación a manos del gobierno nacional, de los gobiernos regionales, y de las milicias paraestatales», está causando que muchos de ellos estén abandonando el país. De hecho, algunos informes, indica la comisión, estiman que cerca del 50% de la población cristiana indígena de Irak vive actualmente fuera del país.

El vecino Irán, también en la lista CPC de la comisión, ha recibido duras críticas en el informe. El gobierno de Irán ha sido acusado de «violaciones sistemáticas, actuales y notorias de la libertad religiosa, incluyendo la detención prolongada, la tortura y las ejecuciones basadas primaria o enteramente en la religión del acusado».

Durante el año pasado, continuaba la comisión, su situación ha empeorado más. Un caso mencionado en el informe fue el arresto en febrero del año pasado de más de 170 miembros de la comunidad sufí en la ciudad de Qom. Los sufíes, una minoría musulmana, fueron detenidos tras una protesta de más de mil personas después de que las autoridades destruyeran una casa de oración sufí.

Se ha recibido información de que los arrestados fueron torturados y forzados a firmar confesiones. Como consecuencia, en mayo, un tribunal impuso sentencias de prisión a más de 50 sufíes. Los demandados, junto con sus abogados, fueron condenados a un año de prisión, a multas y a 74 latigazos.

Los cristianos también se enfrentan a graves problemas en Irán. En mayo de 2006, un musulmán convertido al cristianismo, Ali Kaboli, fue puesto en arresto en Gorgan tras varios años de vigilancia policial y fue amenazado con ser procesado si no abandonaba el país, según el informe de la USCIRF.

Se tiene información, según la comisión, de que el presidente iraní Mahmoud Ahmadinejad ha pedido que se ponga fin al desarrollo del cristianismo en Irán.

Otro país en la lista CPC de la comisión es Arabia Saudí. «El gobierno de Arabia Saudí está implicado en sistemáticas y notorias violaciones del derecho a la libertad de religión y creencia», indica el informe.

Entre los abusos cometidos por las autoridades están: tortura y trato cruel y degradante o castigos; detención prolongada sin cargos; y denegación flagrante del derecho a la libertad y a la seguridad de las personas.

Los no musulmanes y los musulmanes de las ramas minoritarias del Islam suman entre el 10% y el 15% de la población del país. No obstante, el gobierno mantiene una rotunda prohibición de toda forma de expresión pública fuera de la rama hanbali aprobada del Islam, explica el informe.

El gobierno incluso prohíbe al clero entrar en el país para llevar a cabo servicios religiosos privados para los extranjeros que residente legalmente en Arabia Saudí.

Los no musulmanes en Sudán
Otro país señalado por el informe del USCIRF por sus graves violaciones de la libertad religiosa es Sudán. Entre 1983 y enero del 2005, más de 2 millones de personas han sido asesinadas y 4 millones desplazadas de sus hogares en la guerra civil entre el Norte y el Sur.

A pesar de la firma de un acuerdo de paz, el gobierno sudanés sigue cometiendo graves violaciones de derechos humanos, indica el informe.

En las zonas controladas por el gobierno en el norte de Sudán, se informa de que los musulmanes reciben un acceso preferencial a los limitados servicios del gobierno. También reciben un trato de favor en los procesos contra los no musulmanes. Además, la ley islámica, la Shariah, se aplica a toda la población, incluyendo a cristianos y a seguidores de las religiones tradicionales africanas.

Se prohíbe la expresión religiosa pública de los no musulmanes. Un caso citado por la comisión tuvo lugar en mayo del 2006, cuando 4 cristianos sudaneses, incluyendo a un sacerdote episcopaliano, fueron detenidos como consecuencia de haber contactado con una mujer musulmana que podría estar interesada en convertirse al cristianismo. Aunque fueron puestos en libertad después de unos días, tres de ellos fueron golpeados mientras estaban detenidos. Algunos convertidos al cristianismo desde el Islam se enfrentan a tales presiones que tienen que huir del país.

También es preocupante la situación en la parte occidental de Sudán. En la región de Darfur, las fuerzas del gobierno y las milicias han utilizado una violencia brutal contra los civiles. Hasta ahora los esfuerzos de las Naciones Unidas y de la Unión Africana para proteger a la población han sido ineficaces, juzgaba la comisión.

Restricciones en China
China es otro país del que la comisión sigue informando de violaciones sistemáticas de la libertad religiosa. Las reformas legales del gobierno en marzo del 2005 «no han parado los abusos y son utilizadas en algunos casos para justificar arrestos y otras restricciones», indicaba el informe.

La comisión observaba la tensión de las relaciones entre las comunidades católicas no registradas y la Asociación Patriótica Católica China (CPA) debido a la represión del gobierno y el número crecien
te de obispos y sacerdotes de la CPA que buscan en secreto la ordenación y aprobación del Vaticano. La consagración de 3 obispos sin consultar al Vaticano ha añadido nueva tensiones.

Según el informe hay al menos 40 obispos y sacerdotes católicos bajo arresto, en prisión o detenidos, incluyendo al anciano obispo Su Zhimin, que, desde los años setenta, ha estado en prisión, detenido, bajo arresto domiciliario o bajo vigilancia estricta.

Los grupos protestantes no registrados de China también se enfrentan a graves problemas. El año pasado, al menos 110 líderes protestantes fueron detenidos por un periodo de 10 días o más, con 17 de ellos que recibieron sentencias de prisión de uno o más años, según el informe.

Asimismo, las estimaciones del departamento de estado elevan a «miles» el número de miembros de la Iglesia que han sido detenidos el año pasado por cortos periodos de tiempo. La libertad religiosa, deja claro el informe, es algo desconocido para una gran parte de la población mundial.

Por el padre John Flynn

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ZENIT Staff

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