La Filmoteca Vaticana, espacio para el diálogo entre la Iglesia y el cine

Entrevista con la nueva delegada, Claudia Di Giovanni

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CIUDAD DEL VATICANO, lunes, 9 octubre 2006 (ZENIT.org).- Este domingo, Benedicto XVI visitó la sede del Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales, en territorio vaticano, y asistió, en la sala de la Filmoteca Vaticana, a la proyección de la película «Juan Pablo I: la sonrisa de Dios», producida por el canal público de televisión italiano RAI.

Desde el mes de mayo, Claudia Di Giovanni es la nueva delegada de esta Filmoteca, que conserva algunas de las joyas del cine de todos los tiempos, con material que comienza con imágenes del Papa León XIII en 1896.

Pero, como demuestra la visita del Papa, la Filmoteca no sólo custodia obras maestras el pasado, es también un lugar de diálogo con el cine actual y no sólo un archivo histórico.

Claudia Di Giovanni nació en Roma el 9 de mayo de 1963. Aún habiéndose licenciado en Clásicas con especialización en Arqueología, es una apasionada y experta de cine. Está casada y tiene una niña de casi tres años.

De 1989 hasta abril de este año, trabajó en la Filmoteca Vaticana como asistente de monseñor Enrique Planas, su predecesor en el cargo.

–Usted es la primera mujer que desempeña este cargo. ¿Piensa que el Vaticano se esté abriendo a la presencia de mujeres en cargos directivos?

–Di Giovanni: Este proceso de presencia de mujeres en algunos cargos de la Iglesia se inició ya durante el pontificado de Juan Pablo II, quizá en manera menos evidente o probablemente menos amplificada por los medios.

Las mujeres, además, dentro de muchas diócesis, parroquias, congregaciones religiosas, movimientos, han desempeñado y desempeñan cargos de responsabilidad.

Naturalmente el fenómeno es hoy más visible, no sólo en la Iglesia sino un parte en todo el mundo, en diversos ámbitos.

El Papa Benedicto XVI ha expresado varias veces y ha demostrado su apertura en este sentido; el resto corresponde por tanto a las mujeres, a sus capacidades individuales.

–La Filmoteca Vaticana ¿es sólo un gran archivo histórico o es mucho más?

–Di Giovanni: La Filmoteca Vaticana es indudablemente un gran archivo histórico pero su actividad no se limita sólo a la conservación de material, a veces único.

Trata de ser un puente de diálogo con el mundo del cine, en su dimensión de vehículo de valores y de cultura.

La pantalla es una gran ventana abierta al mundo, capaz de acercar, a través del lenguaje universal de las imágenes a los hombres de cualquier latitud y pensamiento, haciendo reflexionar al espectador, a través del entretenimiento, sobre temas fundamentales del mundo contemporáneo.

Las películas reflejan también las diversas expresiones de la espiritualidad y la Filmoteca trabaja desde hace años en una investigación sobre el cine relativo a la religión, analizando filmes producidos en todo el mundo desde 1896 hasta hoy que hayan afrontado las relaciones del hombre con lo trascendente.

–Aquí vienen directores de cine de todo el mundo. ¿Por qué es interesante para ustedes esta confrontación con el mundo cinematográfico actual?

–Di Giovanni: Esta confrontación es indispensable precisamente para seguir manteniendo abierto el diálogo con todos los que intervienen en el cine, para aprovechar las grandes potencialidades que este instrumento de comunicación social puede ofrecer al desarrollo de la persona y a la difusión de valores válidos universalmente.

La Filmoteca Vaticana, en colaboración con el Ente del Espectáculo Italiano y del Consejo Pontificio para la Cultura, desde hace nueve años organiza un Congreso de Estudios sobre cine y espiritualidad, en el que participan importantes exponentes de los ambientes cinematográficos y culturales.

En el mundo actual es imposible ignorar el impacto que el cine tiene sobre el público, en especial sobre los jóvenes, determinando modas y actitudes. Por tanto es indispensable analizar los contenidos propuestos, ayudando a los espectadores, incluso a los más pequeños, a realizar una lectura crítica de las películas, madura y consciente.

–¿Cuál es la mejor película que usted «custodia» aquí dentro?

–Di Giovanni: Nuestro archivo custodia perlas históricas sobre los pontífices: la filmación de León XIII en los Jardines Vaticanos, realizada en 1896 en película Lumière, la inauguración de «Radio Vaticano» en 1931, con Pío XI y Guglielmo Marconi, el cónclave y la elección de Pío XII, el Concilio Vaticano II.

El elenco de películas históricas sobre la actividad de la Iglesia y de los pontífices podría ser largo, pero la Filmoteca conserva en archivo también filmes comerciales o producciones de los inicios del cine como «El infierno», película de 1911 realizada por la italiana Helios Film, inspirándose en la obra de Dante, en la que por primera vez se usan los efectos especiales en clave moderna. Se pensaba que esta película se había perdido y en cambio fue reencontrada en nuestro archivo y, con la ayuda de la firma farmacéutica Bayer. Ahora ha sido restaurada y se ha distribuido en DVD en los circuitos académicos y especializados.

En archivo hay además algunas filmaciones de gran interés antropológico, realizadas por los misioneros, en torno a los años cincuenta del siglo pasado, que efectuaban tomas de la vida cotidiana y religiosa de poblaciones que de otro modo habrían sido ignoradas.

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ZENIT Staff

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