La fraternidad capuchina, «terapia espiritual para la humanidad»: dice el Papa

Mensaje al «Capítulo general de las esterillas» de esta orden franciscana

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CIUDAD DEL VATICANO, 29 octubre 2003 (ZENIT.org).- Juan Pablo II ha alentado a los religiosos de la Orden de los Frailes Menores Capuchinos a ser ejemplo de amor fraterno en un mundo globalizado lacerados por las divisiones.

Así lo propone el pontífice en el mensaje que hizo público este miércoles la Sala de Prensa de la Santa Sede, enviado a los capuchinos de Italia, que del 27 al 31 de octubre se encuentran reunidos en Asís con motivo del «Capítulo general de las esterillas».

En la reunión, que tiene lugar en torno a la tumba de san Francisco, participan quinientos frailes, guiados por el ministro general, el padre John Corriveau, en representación de unos 2.400 capuchinos de las 24 provincias italianas.

Se llama el «Capítulo de las esterillas» en recuerdo de la primera asamblea convocada por san Francisco en la pequeña iglesia de la Porciúncula de Asís, que hoy se encuentra en el interior de la Basílica de Santa María de los Ángeles.

En ese lugar, los hermanos en religión del Pobrecillo de Asís escuchaban su palabra y en la noche descansaban sobre tapetes o «esterillas» vegetales.

«Una conversión continua y total a la «fraternidad» por parte de los individuos, de las fraternidades locales y de las provincias, podrá llevaros a una especie de globalización de la caridad, vivida por hermanos a nivel de Orden», explica el Papa en su mensaje.

«Esta forma de vida en fraternidad constituye un desafío y una propuesta en el mundo actual, con frecuencia lacerado por el odio étnico y por locuras homicidas, atravesado por pasiones e intereses contrapuestos, deseoso de unidad pero incierto en los caminos que debe emprender», añade.

«Vivir la fraternidad como verdaderos discípulos de Cristo puede constituir una singular «bendición» para la Iglesia y una «terapia espiritual» para la humanidad», asegura el obispo de Roma.

«De hecho, la fraternidad evangélica, al presentarse casi como modelo y fermento de vida social, invita a los hombres a promover entre ellos relaciones fraternas y a unir sus fuerzas a favor del desarrollo y de la liberación de toda la persona, así como del auténtico progreso social».

La Orden de los Frailes Menores, en su compromiso por permanecer fiel a las intenciones de su fundador, san Francisco de Asís, ha experimentado a través de la historia divisiones. Han surgido así, entre otras, la Orden de los Frailes Menores, la Orden de los Frailes Menores Conventuales, y la Orden de los Frailes Menores Capuchinos.

Los capuchinos son el ramo más reciente de estas tres, que se remonta a 1525, cuando algunos Frailes Menores de Las Marcas (Italia) quisieron vivir una vida más rigurosa de oración y pobreza.

El nombre «capuchinos» hace referencia a la capucha que forma parte del hábito. La Orden está actualmente presente en 95 países de todo el mundo, con unos 11.000 frailes que viven en 1.800 comunidades (fraternidades).

Más información en http://www.ofmcap.org.

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ZENIT Staff

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