La Fundación cardenal Poupard premia al patriarca Bartolomé I

Por su defensa de la creación

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CREMA, miércoles 3 de marzo de 2010 (ZENIT.org).- El patriarca Bartolomé I es el primer ganador del “Premio Cardenal Poupard”, que la “Fundación cardenal Poupard” entrega este miércoles en Mónaco, por su acción y su enseñanza para la salvaguarda de la creación.

El cardenal Poupard, presidente emérito de los consejos pontificios de la cultura y para el diálogo interreligioso, ha puesto en marcha una fundación que lleva su nombre.

El premio quiere dar a conocer mejor “la acción ejemplar” del patriarca ecuménico de Constantinopla en el ámbito de la preservación del medio ambiente, con la particularidad de una visión evangélica de la creación.

Para el patriarca, “salvar el planeta” supone una “renovación cultural” y la expresión de una “nueva solidaridad entre el Creador, las criaturas y la creación”.

Desde hace quince años, el patriarca organiza, en los cinco continentes, simposios multidisciplinarios sobre el tema “Religión, ciencia y medio ambiente”.

Con motivo de uno de ellos, el 10 de junio de 2002, el patriarca firmó, en el Palacio Ducal de Venecia, una declaración conjunta con Juan Pablo II, en línea directa con el Vaticano.

El Premio cardenal Poupard recompensa al patriarca Bartolomé I por su compromiso a favor de la creación, mientras que Benedicto XVI ha querido consagrar su Mensaje para la Paz de 2010 a la preservación de la creación.

El cardenal Poupard, que continúa viviendo en Roma y siendo activo en el Vaticano, ha decidido, con un grupo de amigos, fundar en Crema, cerca de Milán, una “Fundación cardenal Poupard” para continuar su obra y su enseñanza.

El cardenal francés explicó a ZENIT que la fundación que lleva su nombre tiene la vocación de favorecer el diálogo entre culturas y religiones, especialmente mediante la creación de vínculos entre universidades de distintos países, favoreciendo la educación de los niños y los jóvenes.

“Los enfrentamientos se producen porque no se conoce al otro”, destacó el cardenal Poupard.

“Nosotros nos enfrentamos actualmente a una situación nueva y debemos encontrar medios de acercamiento para que nos conozcamos los unos a los otros para que los demás se reconozcan en la imagen que me he hecho de ellos y yo me reconozca en la idea que ellos tienen de mí”, precisó.

El purpurado identificó dos peligros; por una parte, el “encerrarse en sí mismo, el aislamiento, o incluso la violencia” y por otra parte, “el escepticismo”.

El cardenal invitó a preguntarse: “¿Cómo se podría dialogar si no hay como una invariable, unos valores fundamentales comunes: es decir, el ser humano, como diría Pablo VI, todo el hombre y todos los hombres, y el respeto a la persona humana?”.

Pero el purpurado también señaló que la clave para transmitir esta “invariable” está en la educación: “No hay cultura sin memoria y la memoria se transmite a través de la educación”, afirmó el “ministro de cultura” de dos papas.

Para favorecer el diálogo, la fundación Poupard contribuye a la creación de un espacio sobre “Religión y espacio público” en el Senado francés, y también a la traducción de su “Diccionario de las Religiones” (PUF) en árabe.

Y los proyectos de la fundación “son abundantes”, explicó el cardenal Poupard, que citó por ejemplo las relaciones establecidas con la Universidad San Tikhon, ya deseadas por el patriarca Alexis II de Moscú: un erudito ortodoxo ruso que también continuó sus estudios en la universidad católica de París.

[Por Anita S. Bourdin, traducción del francés por Patricia Navas]

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ZENIT Staff

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