La "Humanae Vitae", encíclica “profética”; según los obispos de Canadá

Invitan a los fieles a “leerla” y a “integrar sus enseñanzas en la vida”

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OTTAWA, martes 30 de septiembre de 2008 (ZENIT.org).- Los obispos canadienses han escrito una carta pastoral a sus fieles con motivo del 40 aniversario de la promulgación de la encíclica Humanae Vitae, que califican de «profética», a la vez que invitan a redescubrirla y a «integrar en sus vidas esta importante enseñanza».

La carta, aprobada por la Asamblea Plenaria de los obispos y hecha pública el pasado 26 de septiembre, fiesta de los Mártires Canadienses, afirma que la Humanae Vitae, que fue acogida en su día en medio de una fuerte controversia, «es mucho más que un no a la contracepción».

«El documento profundiza en la transmisión de la vida humana… la tarea más seria en la que la pareja casada colabora libre y responsablemente con el Creador», y que está «íntimamente conectada con la vida y la felicidad de los seres humanos», afirman.

En este sentido, los prelados insisten en la importancia de la «teología del cuerpo» desarrollada posteriormente por Juan Pablo II, y que consideran una «revolución» que «tendrá efectos muy positivos en el cristianismo del siglo XXI».

«Invitamos a nuestros fieles a ser los primeros en experimentar su potencial liberador», afirman.

La gran aportación de la Humanae Vitae y de Juan Pablo II es la de mostrar «el diseño de Dios respecto al amor humano» en sus aspectos «naturales, sobrenaturales y eternos», así como el «significado esponsal del cuerpo humano».

«Dios hizo del matrimonio, y más específicamente, del acto conyugal, una expresión de su propio amor, la cuestión es esta: ¿cómo ama Dios? Cristo, Dios hecho hombre, nos da la respuesta: reflexionando sobre la Cruz y en la Eucaristía, vemos que este amor se entrega ‘hasta el final’. Este es el amor al que están llamados los esposos».

El aborto, la esterilización y la contracepción, por tanto, «están en oposición con la voluntad del Creador», añaden.

La paternidad y la maternidad, por tanto, deben «ser guiadas por el Espíritu Santo». «Los esposos que eligen la planificación natural reconocen en el otro su dignidad de personas, incluyendo el don de su fertilidad».

La Humanae Vitae y la «teología del cuerpo», explican los obispos, «suponen una gran oportunidad para un mundo que a menudo está demasiado ocupado en protegerse a sí mismo contra el extraordinario potencial de vida de la sexualidad».

«En la estela de estos dos Papas proféticos, la Iglesia, experta en humanidad, lanza un mensaje inesperado: la sexualidad es amiga del hombre, un don de Dios», concluyen.

El mensaje entero puede leerse en: www.cccb.ca

Por Inma Álvarez

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ZENIT Staff

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