'La Iglesia asiria no se identifica con ningún grupo armado'

En una carta a los líderes del ISIS, el obispo Afram Athnil pide la liberación de los cientos de rehenes cristianos que todavía siguen en manos de los fundamentalistas

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La Iglesia Asiria de Oriente, a la que pertenecen los cientos de cristianos del valle del Khabur tomados como rehenes por los milicianos del autoproclamado Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés), ha optado por no identificarse con ninguna de las partes enfrentadas en el conflicto sirio.

En una misiva, que el obispo asirio Afram Athnil ha dirigido a los líderes del ISIS, el prelado insiste en que los cristianos son “extraños a la cultura de las armas” y establece claramente que ninguna facción o milicia paramilitar que opera en Siria puede presentarse como brazo armado conectado a las comunidades cristianas asirias. Además, marca las distancias con todos los grupos armados que luchan –incluidas las milicias de autodefensa formadas por asirios– y pide la liberación de los cientos de rehenes cristianos que todavía siguen en manos de los fundamentalistas.

“En su carta –confirma a la agencia FIDES el arzobispo siro católico Jacques Behnan Hindo–el obispo Afram ha negado la existencia de una alianza con los soldados kurdos vinculados al PKK, y ha dado a entender que las milicias conocidas por el acrónimo ‘Sotoro’, y definidas en la prensa internacional como milicias cristianas asirias, nunca han tenido ningún mandato ni aprobación por parte de la Iglesia”. 

Mientras tanto, desde los pueblos asirios ubicados en la orilla oriental del río Khabur –abandonados por la población cristiana en febrero, después del ataque realizado por el grupo terrorista– llegan noticias de saqueos y robos cometidos por las milicias kurdas.

“En aquellos pueblos donde los yihadistas nunca habían entrado –informa el arzobispo Hindo, cabeza de la archieparquía siro católica de Hassaké-Nisibi– los soldados kurdos han abierto todas las casas de los cristianos y robando los objetos y bienes de valor, comenzando por los ordenadores e incluso objetos más grandes”. “Los habitantes que han intentado entrar a sus casas han sido expulsados, pero pidiéndoles antes que dejen las llaves. Estos fenómenos –advierte– sugieren que la situación sobre el terreno es más complicada de los que a veces se dice”. 

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ZENIT Staff

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