La Iglesia católica en Serbia pide apoyar este período de transición

Propone levantar el embargo y un futuro en Europa

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BELGRADO, 6 oct (ZENIT.org).- «Nosotros, obispos de la Iglesia católica, decimos sin lugar a dudas que tiene que levantarse cuanto antes este embargo y que hay que ayudar a Serbia de otras maneras, promoviendo la responsabilidad del pueblo serbio». Lo afirma hoy el arzobispo coadjutor de Belgrado, monseñor Stanislal Hocevar, al día siguiente de la insurrección que ha llevado a Vojislav Kostunica a la presidencia de la República de Yugoslavia.

«En el corazón de la gente serbia, en estos momentos, existe ante todo el deseo por un futuro mejor», añade el arzobispo que guiará el futuro de la Iglesia católica en el país, en declaraciones publicadas por la agencia católica italiana SIR.

La petición de monseñor Hocevar parece que no cae en vano. Los ministros de Exteriores de la Unión Europea han anunciado que levantarían el lunes algunas de las sanciones impuestas a Yugoslavia, según revelan representantes de la UE. Se espera el levantamiento del embargo de crudo y la prohibición de vuelos, dos de las cuatro sanciones impuestas a Yugoslavia el año pasado ante la política del presidente Slobodan Milosevic en la provincia serbia de Kosovo.

El prelado afirma que comparte la decisión de la Iglesia ortodoxa, mayoritaria en Serbia, de apoyar abiertamente a la oposición. «La Iglesia ortodoxa –explica monseñor Hocevar– ha comprendido cuál es el papel que puede desempeñar esta oposición, compuesta por hombres bien preparados. La Iglesia ortodoxa tiene el deber de decir la verdad y de ayudar a los responsables a tomar decisiones».

En este sentido, para el arzobispo es importante, en este momento, «ayudar a la gente serbia a prepararse bien para gestionar por sí misma el país, para que sean ellos mismo quienes asuman la responsabilidad de la democracia y de la vida comunitaria».

«En este momento –continúa diciendo el prelado católico–, la fe nos ayuda mucho: los serbios rezan para que todo se desarrolle con honestidad y se pueda asistir cuanto antes al renacimiento del pueblo serbio y de los valores religiosos, que hasta hora no han sido reconocidos».

Entre las perspectivas para el futuro de Serbia, el prelado desea el regreso de su país a Europa. «Serbia, con todas las nacionalidades que viven en su territorio –recuerda monseñor Hocevar– pertenece a Europa. La historia ha reconocido a Serbia y Croacia su papel determinante en la defensa de Europa frente al Islam. Está claro que hoy los tiempos han cambiado y Europa, como dice el Papa, debe tener dos pulmones y no puede respirar sin el Este».

El arzobispo, tras exclamar «¡Libertad finalmente!», concluye: «El camino de un pueblo que renace todavía es difícil, pero es el tiempo de la esperanza».

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ZENIT Staff

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