La Iglesia católica es la organización no gubernamental más comprometida en la lucha contra el sida

Informe del cardenal Lozano Barragán ante las Naciones Unidas

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NUEVA YORK, lunes, 5 junio 2006 (ZENIT.org).- Uno de cada cuatro enfermos de sida es atendido en el mundo por un centro católico, según ha podido comprobarse en Reunión de Alto Nivel sobre esta pandemia celebrada por la Asamblea General de las Naciones Unidas del 31 de mayo al 2 de junio.

En el encuentro tomó la palabra, en representación de la Santa Sede, el cardenal Javier Lozano Barragán, presidente del Consejo Pontificio para la Pastoral de los Agentes Sanitarios, quien ilustró además la obra de prevención que promueve la Iglesia, basada «en la información y educación hacia conductas dirigidas a evitar la pandemia».

El purpurado mexicano comenzó su intervención para transmitir el saludo a la asamblea de Benedicto XVI «a todos los que están empeñados en la lucha contra el VIH/SIDA».

«El Papa abriga una gran preocupación por el avance de la pandemia y garantiza la continuidad e incremento del trabajo que la Iglesia católica lleva a cabo para frenar esta desgracia», aseguró el cardenal.

Al explicar con números la acción de la Iglesia en este campo, reveló que «el 26.7% de los centros en el mundo para tratar enfermos de VIH/SIDA están dentro de la Iglesia católica».

Este trabajo implica, aclaró, «la capacitación de profesionales de la salud, prevención, cuidado, asistencia y acompañamiento tanto de los enfermos como de sus familias».

Esta presencia sobre el terreno tiene lugar gracias a las diferentes instituciones católicas.

En concreto explicó que, Caritas Internacional está comprometida en este frente en 102 países.

Asimismo, ilustró la labor que ofrecen las congregaciones religiosas y las asociaciones internacionales como «las Vicentinas, Comunidad de San Egidio, Camilianos, Juaninos, Jesuitas, religiosas de la Madre Teresa, el Hospital del Niño Jesús de la Santa Sede y los Farmacéuticos católicos».

Al hablar de la prevención, explicó que «somos conscientes de que el papel de la familia en el campo de la formación y de la educación es indispensable y eficaz».

«La educación e información las damos también a través de documentos, conferencias e intercambios de experiencias y prácticas», constató.

«Para el cuidado y asistencia de los enfermos acentuamos la capacitación de médicos y personal para médico, de capellanes y voluntarios; combatimos el estigma, facilitamos el diagnóstico, el “counselling” y la Reconciliación. Proveemos los antiretrovirales, los medicamentos para evitar la transmisión vertical materno filial y el contagio sanguíneo», siguió informando.

«En el ramo de la atención y acompañamiento al enfermo evitamos los contagios, atendemos a huérfanos y viudas, a los presos, ayudamos a la reintegración social de estos enfermos y colaboramos con los Gobiernos y demás Instituciones que se ocupan de la pandemia, tanto a nivel ecuménico como civil», siguió diciendo.

Por último, informó que la Santa Sede por voluntad de Juan Pablo II ha lanzado una iniciativa para ayudar económicamente a los enfermos de sida, la Fundación «El Buen Samaritano».

«Hasta la fecha hemos facilitado antiretrovirales a 18 países –explicó el cardenal Lozano–: 13 de África, 3 de América y 2 de Asia. En estos países hemos repartido el dinero recibido de católicos de 19 países, tanto de África misma, como de América, Asia y Europa».

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ZENIT Staff

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