La Iglesia decisiva en la pacífica independencia de Timor Oriental

Con una misa comenzó la celebración de la independencia

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DILI, 19 mayo 2002 (ZENIT.org).- Con las celebraciones de este domingo, Timor Oriental conquistó la autodeterminación después de cuatro siglos de ocupación portuguesa e indonesia, un proceso culminado de manera pacífica gracias en parte al compromiso de la Iglesia católica.

En la medianoche local, las Naciones Unidas transfirieron su autoridad a la nueva administración de Timor Oriental. El secretario general de la ONU, Kofi Annan, exhortó en Dili al mundo entero a celebrar el nacimiento del nuevo Estado, el primero de este milenio.

Ochenta países enviaron a sus representantes para participar en el acto, entre otros se encontraba el ex presidente estadounidense Bill Clinton y la presidenta indonesia Megawati Sukarnoputri.

En la misa de la mañana del domingo, monseñor Carlos Felipe Ximenes Belo, obispo de Dili, y Premio Nobel de la Paz 1996, pidió a los fieles católicos (de los 737.811 habitantes el 91 por ciento es católico) que recen por el nuevo Gobierno y por el nuevo presidente, el líder independentista Xanana Gusmao, de 56 años, para que guíen el país hacia un futuro mejor.

Pero las celebraciones comenzaron al ponerse el sol, con otra misa celebrada por el mismo obispo. Con este motivo, Juan Pablo II envió un mensaje al pueblo timorés, leído por el arzobispo Renato Martino, observador permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas y enviado extraordinario del Papa a las celebraciones.

En el momento en que Timor Oriental pasaba a formar parte de «las naciones libres de la tierra», el Santo Padre se unió espiritualmente a todos los ciudadanos «para compartir vuestro sentimiento de exultación, y para alentaros a edificar una sociedad justa, libre, solidaria, y pacífica».

«Esta patria que Dios confía a vuestras manos laboriosas tendrá que apoyarse en los valores sin los cuales no se puede dar una auténtica democracia», afirma el Papa.

Después pasó a enunciarlos: «respeto de la vida y de toda persona; solidaridad efectiva entre los miembros de la misma comunidad; apertura a la positiva contribución de cada una de sus categorías y de todos sus miembros, en el respeto de las diferentes competencias».

El pontífice envió asimismo palabras de felicitación y aliento a Xanana Gusmao, primer presidente de la República independiente, y a sus gobernantes.

La descolonización portuguesa en Timor Oriental comenzó en abril de 1974, cuando tuvo lugar en ese país la «Revolución de los Claveles» que puso fin a la dictadura lusitana.

El 11 de agosto de 1975, el Frente Revolucionario para la Independencia de Timor (Fretilin) ocupó Dili y la mayor parte del territorio, proclamando oficialmente la independencia el 28 de noviembre.

Sin embargo, el 7 de diciembre de 1975 el Ejército indonesio invadió Timor Oriental y lo anexionó formalmente al año siguiente. La anexión no fue reconocida por la ONU. Unas 200.000 personas murieron durante los años siguientes.

En 1989 Juan Pablo II visitó Dili. A pocos metros del estrado un grupo de activistas del Fretilin desplegó una pancarta reclamando la independencia. El Gobierno indonesio interpretó el gesto como una provocación, y reaccionó con la represión de nacionalistas.

En marzo de 1999, Lisboa y Yakarta firmaron un acuerdo que permitiría a los timorenses celebrar un referéndum de independencia o de adhesión a Indondesia. Se celebró el 30 de agosto de ese año, bajo la supervisión de la ONU. Los votantes optaron abrumadoramente por la independencia.

Las milicias pro-indonesias, respaldadas por el Ejército, desataron entonces una ola de caos en la que fueron asesinadas miles de personas y destruidas el 75 por ciento de las infraestructuras. Unas 200.000 personas tuvieron que cruzar la frontera hacia la parte occidental de la isla, huyendo de la violencia o expulsadas por las milicias.

En septiembre de 1999, cediendo a las presiones internacionales, Yakarta aceptó la entrada de una fuerza de pacificación de la ONU, y al mes siguiente la Interfet (fuerza internacional de paz) asumió la administración del territorio, con vista a su normalización.

El 30 de agosto de 2001 se celebraron las primeras elecciones democráticas a la Asamblea Constituyente en las que el Fretilin obtiene 55 de los 88 escaños.

El 31 de octubre de 2001, se proclamó formalmente la independencia de Timor Oriental. El 14 de abril de 2002, se celebraron las elecciones presidenciales, en las que Xanana Gusmao, como candidato independiente aunque respaldado por diez partidos, fue elegido por abrumadora mayoría.

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ZENIT Staff

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