La Iglesia en América Latina «necesita una gran sacudida»

Debe estar «en misión permanente», afirmó el arzobispo de Guayaquil

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GUAYAQUIL, lunes, 10 marzo 2008 (ZENIT.org).- La Iglesia está llamada a continuar con ese estado de misión permanente de que habla Aparecida, y esta «misión tiene que ser enérgicamente puesta en marcha» para revertir la erosión que está sufriendo la Iglesia Latinoamericana, declaró monseñor Antonio Arregui Yarza, arzobispo de Guayaquil y presidente de la Comisión Episcopal de Comunicación de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana, en un diálogo con la Organización Católica Latinoamericana y del Caribe de Comunicación (OCLACC).

En el mensaje final de la V Conferencia, reunida en Aparecida, Brasil, los obispos de América Latina y El Caribe expresaron el compromiso de «emprender una nueva etapa de nuestro caminar pastoral declarándonos en misión permanente», tarea que «ya se va sintiendo en varias comunidades cristianas, parroquias, diócesis y demás jurisdicciones eclesiásticas en este continente de la esperanza y del amor», afirma la OCLACC.

Para monseñor Antonio Arregui, arzobispo de Guayaquil, la Iglesia Latinoamericana y ecuatoriana necesita «una gran sacudida» para recuperar el espacio que va cediendo por la imposición del «secularismo» y por «la incansable acción de otros grupos no católicos que también se declaran cristianos o por lo menos tienen una propuesta religiosa alternativa».

Según constata el arzobispo, en los últimos años la Iglesia Católica ha perdido alrededor de un 10% de fieles.

El desafío para la Iglesia es grande, reconoce monseñor Arregui, quien sin embargo señala que va creciendo «el número de vocaciones a la vida sacerdotal, a la vida consagrada, y también ha crecido mucho el número de los seglares que consideran que no son ajenos a la misión de la Iglesia y que por tanto deben también aportar dentro de lo que les es posible y oportuno, particularmente en medio de las estructuras sociales, económicas, políticas, etc».

Monseñor Arregui añade que «la próxima canonización de la beata Narcisa de Jesús» ha hecho que se adelante la Gran Misión propuesta por Aparecida, y se muestra satisfecho de que esta coyuntura, haya dado lugar a que se incremente «el entusiasmo popular, de todos los fieles» y se cuenten cada vez más las personas «que están dispuestas a actuar como misioneros y han recibido la debida capacitación».

Monseñor Arregui reconoce la importancia de la comunicación y los medios de comunicación en la Gran Misión Continental, aunque constata que «también se hace necesario mejorar la calidad y la difusión, la manera ágil de presentar en lenguaje breve y comprensible, periodístico, las verdades y propuestas de la fe».

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ZENIT Staff

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