LA PAZ, miércoles, 19 marzo 2008 (ZENIT.org).- El cardenal Julio Terrazas Sandoval, arzobispo de Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, aceptó ser el «facilitador del diálogo entre el Gobierno y las autoridades de oposición departamentales y representantes cívicos regionales», tras un encuentro con el presidente boliviano Evo Morales el pasado 15 de marzo.
El cardenal Terrazas pidió voluntad a las autoridades del Gobierno, prefectos y representantes cívicos para que una «simple llovizna» no rompa el puente del diálogo que la Iglesia Católica aceptó construir para superar la crisis político-social en la que está inmersa Bolivia.
El purpurado expresó su esperanza en la llegada de la reconciliación y la paz entre los bolivianos y en superar la difícil coyuntura política marcada por la intención del Gobierno y el Movimiento al Socialismo (MAS) de concretar su proyecto de nuevo texto constitucional, frente al proceso autonómico que siguen sin variación Beni, Pando, Santa Cruz y Tarija.
«Esto ya está claro, no lo metan al cardenal en todas las sopas; nosotros somos puentes, ése es nuestro trabajo, hacer puentes para que dialoguen, para que no se maten, para que hablen, para que construyan, para que realicen todas las cosas que está buscando nuestro pueblo, somos puentes nada más», dijo el purpurado.
El cardenal Terrazas llamó a las partes a establecer una verdadera vinculación capaz de superar las diferencias dogmáticas que existen entre sus proyectos políticos.
«Sabemos lo que pasa cuando los puentes están destruidos, ahí está el caso de Puerto Rico (Santa Cruz), un puente destruido, no hay cómo acercarse, no hay como pasar todo se paraliza el pueblo lo sufre. Entonces recen para que ese puente que estamos tratando de construir no venga la primera llovizna y se lo lleve», apuntó el purpurado.
Evo Morales se acercó a la Iglesia a raíz de que los obispos bolivianos hicieran público el documento «Para que el pueblo tenga vida» en el que pide a los actores políticos del gobierno y la oposición, ante el proyecto de Constitución Política del Estado, un pacto social y legalidad, para abrir un proceso de diálogo que ponga punto final a la crisis política.
En el documento, la Iglesia católica propone restablecer la legalidad en el actuar político, social y en todos los ámbitos de la convivencia civil, promoviendo la cultura de la legalidad y fortaleciendo un aparato estatal democrático, al servicio del bien común, sin dejar de lado las propuestas autonómicas trabajadas en las regiones.
