La Iglesia en Cuba inicia un nuevo Plan Pastoral

20 años después del histórico Encuentro Nacional Eclesial Cubano (ENEC)

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LA HABANA, miércoles, 22 febrero 2006 (ZENIT.org).- Veinte años después del Encuentro Nacional Eclesial Cubano (ENEC) y también en la catedral de la Habana, 173 delegados de 11 diócesis de Cuba renovaron su compromiso de ser Iglesia orante, encarnada y misionera y construir así una sociedad mejor en su patria.

Como entonces, los delegados y el pueblo congregado expresaban ante Dios su compromiso de «ser tus manos, ser tu Iglesia, ser tu voz».

Con la diferencia de que ahora, dos décadas después, podían constatar que aquel compromiso había dado frutos y que el espíritu generado por el Encuentro Nacional Eclesial Cubano en 1986 sigue alentando la tarea pastoral de la Iglesia en Cuba.

En 20 años, han crecido las infraestructuras organizativas de la Iglesia al duplicarse el número de obispos, de siete a 14, al crearse cuatro diócesis nuevas y la provincia eclesiástica de Camagüey y al nombrarse un cardenal para Cuba en la persona del arzobispo de La Habana, Jaime Lucas Ortega.

Existen en Cuba 330 sacerdotes de los cuales 155 son nativos y 126 religiosos. El número de religiosas es 646 de las cuales 130 son cubanas. Son 31 los religiosos hermanos y 29 los miembros de Institutos seculares. Hay en cuba 61 diáconos permanentes, un ministerio que no existía antes del ENEC. También se inicia la presencia en Cuba de algún movimiento eclesial de carácter internacional.

Otras realizaciones tienen que ver con las relaciones con iglesias hermanas que ofrecen su solidaridad, o la participación en acontecimientos eclesiales, la formación de las personas, la vitalidad de la misión, iniciativas de promoción humana, medios de comunicación, tres planes pastorales, nuevos espacios de misión, mensajes episcopales y sobre todo «el heroísmo anónimo y la entrega callada de laicos, religiosos y sacerdotes».

Después del encuentro aniversario se reúne la Conferencia de Obispos para elegir nueva directiva e iniciar una nueva estructura en línea del III Plan Global de Pastoral que se acaba de presentar. Cesa en el cargo el actual Secretario, monseñor Emilio Aranguren que ha sido designado obispo de Holguín mientras actúa como administrador apostólico de la diócesis de Cienfuegos que está a la espera de un nuevo obispo.

Durante la Eucaristía que clausuró este encuentro aniversario, del 15 al 18 de febrero, el cardenal Jaime Ortega, recordó el espíritu que se había vivido en el ENEC y también las opciones que entonces se tomaron y señaló que ser Iglesia orante, encarnada y evangelizadora es un programa de largo alcance, un programa perenne.

Para celebrar este aniversario habían sido convocados nueve delegados de cada diócesis con su obispo. También acudieron a la cita 40 invitados en calidad de expertos, colaboradores, obispos de iglesias hermanas y hermanos de otras iglesias cristianas en Cuba. Asistió, como representante del Papa el cardenal Renato Martino, presidente del Consejo Pontificio para la Justicia y la Paz quien tuvo dos conferencias sobre la doctrina social de la Iglesia a las que asistió Caridad Diego, de la Oficina de Asuntos Religiosos del Gobierno Cubano.

El día de la inauguración se presentó la nueva edición del Documento Final del ENEC y también un documental de hora y media con el título de «Félix Varela: un cubano santo», realizado por un grupo brasileño bajo la dirección de Renato Barbieri.

El documental recorre la trayectoria del sacerdote cubano y ha sido filmado en La Habana, Cádiz (España), Nueva York y San Agustín, en La Florida. Junto a las imágenes y la narración, el documental incluye comentarios de historiadores y expertos en la vida de Varela.

En sus palabras de bienvenida, el cardenal Ortega no sólo ubicó el ENEC en su contexto eclesial después de la reunión de los obispos latinoamericanos en Puebla. Habló también de su ubicación sociopolítica, en los años ochenta «los días tristes del Mariel y años en que se repetían los actos de repudio y se vivía el doloroso enfrentamiento entre hermanos».

Recordó cómo él mismo, con monseñor Pedro Meurice, arzobispo de Santiago de Cuba, visitaron al encargado de asuntos religiosos del Gobierno, Felipe Carneado para pedirle que cesaran aquellas manifestaciones violentas. En el curso de aquella conversación Carneado había dicho: «aquí se impone una reflexión nacional».

Aquella reflexión no se dio, «pero los católicos si hicimos la reflexión» dijo el cardenal, recordando el proceso de la «Reflexión Eclesial Cubana» que se realizó en las comunidades y que culminó en el encuentro nacional.

Para el vigésimo aniversario, el Papa Benedicto XVI, envió un mensaje, animando a los católicos cubanos «a acercarse a la realidad como camino de promesas y salvación… y descubrir en las experiencias los signos y las señales de Dios vivo que camina con ustedes… y con todos los que viven en esa tierra, creyentes o no creyentes, los cercanos y los lejanos, los que siembran y los que desparraman, porque todos están invitados a la fiesta de la vida que el Padre nos regala».

Con palabras de Juan Pablo II en su visita a Cuba en 1998, volvió a pedir que «Cuba se abra al mundo y el mundo se abra a Cuba», y puntualizó que esta apertura exige «examinar primero cómo abrir el corazón y el entendimiento a las cosas de Dios, cómo abrirse a quienes conviven, creyendo y confiando unos en otros, aunque haya diferencias de modos de pensar o creencias; y en fin, como abrirse al ámbito mundial con los retos de sus posibilidades y sus dificultades al mismo tiempo».

No todos los delegados presentes en este evento habían participado en el ENEC. Se detectaban rostros nuevos y un buen grupo de jóvenes con poca andadura de Iglesia, por lo que en la intención del evento no era la de vivir una dinámica participativa como entonces.

El encuentro celebrado en la casa sacerdotal San Juan Vianney, en el Vedado, consistió en conferencias magistrales que analizaron el ENEC en desde su génesis e historia, (monseñor José Félix Pérez, en sustitución de monseñor Carlos Manuel de Céspedes que no pudo hacerlo por motivos de salud); desde su eclesiología (padre Jesús Espeja o.p.); desde su impacto pastoral en la vida de la Iglesia, (monseñor Dionisio García). En otra conferencia, monseñor Emilio Aranguren hizo un recorrido por la vida de la iglesia en los últimos 20 años.

El cardenal Renato Martino, presidente del Pontificio Consejo Justicia y Paz, presentó la edición del «Compendio de Doctrina Social de la Iglesia», que se puso a la venta para los delegados.

Y como colofón del encuentro, se presento el Tercer Plan Global de Pastoral para la Iglesia en Cuba a través de un panel en el que intervinieron, monseñor Aranguren, Rita Pretirena de la Conferencia Episcopal, el diácono Juan Carlos Urquijo y el P. Jorge Cela, S.J. bajo cuya dirección se ha llevado la encuesta nacional sobre la Iglesia en Cuba a la que responde el nuevo Plan.

A lo largo de los 3 días no faltaron los momentos de oración y celebrativos. El jueves 16 tuvo lugar una recepción auspiciada, en la misma casa sacerdotal por el Nuncio Apostólico Luigi Bonazzi y el Arzobispado de la Habana, con asistencia de representantes del cuerpo diplomático.

El viernes 17 se presentó una velada cultural en la que participaron grupos musicales. El evento terminó el sábado 18 con una Eucaristía en Catedral de la Habana abierta a los fieles católicos en la que estuvieron presentes mas de 100 sacerdotes y diáconos y numerosas religiosas y laicos.

Un nuevo Plan Pastoral
«Hace 20 años, lo que hoy ya es pasado reciente, era entonces futuro. Lo que entonces pensamos a modo de sueño, hoy constatamos que, en muchos casos, se convirtió en realidad», dijo monseñor Aranguren al hablar del camino recorrido por la Iglesia en Cuba a 20 años del ENEC

Y para demostrarlo, ofreció los datos concret
os de las realizaciones en cada etapa.

Situó los últimos 50 años de la vida de la Iglesia en el marco de dos acontecimientos nacionales que en su opinión han marcado la historia cubana:
1961: La declaración del carácter socialista del nuevo sistema iniciado en 1959.
1989: la reinserción de Cuba en la nueva geopolítica mundial, después de la caída del bloque comunista.

A su vez, señaló, «nuestra historia eclesiástica está también marcada por dos hitos significativos: 1986: el encuentro Nacional Eclesial Cubano (ENEC); 1998: la visita del Papa Juan Pablo a nuestra Patria».

Dos fechas, estas últimas, que, según el obispo, se han convertido en acontecimientos eclesiales referenciales que marcan un antes y un después.

Para monseñor Aranguren el ENEC marcó el paso de «una práctica eclesial de mantenimiento o de conservación a otra de misión, de puertas abiertas».

Una práctica que ha producido dos planes pastorales, (1997 y 2001) y un tercer Plan precisamente dado a conocer al finalizar el encuentro. Pero a diferencia de los anteriores, éste ha sido precedido por una encuesta nacional y estudio llevado a cabo a partir del año 1998 y concluido en 2005 que abarcó una muestra estratificada que incluyó 3411 encuestas válidas, representativas de la casi totalidad de parroquias en la isla.

El estudio es el marco de realidad que describe el lugar en donde se encuentra la Iglesia en Cuba. El marco operativo del plan ofrece los objetivos a los que quiere aproximarse en los próximos cinco años y las pistas de acción que permitirán dar pasos hacia esas metas. Además el Plan Global ofrece un marco doctrinal para iluminar el camino y para transitar de una etapa a otra.

Espiritualidad cristiana, identidad laical y misión evangelizadora son los retos prioritarios del Plan Global. Estos retos habrán de trabajarse a través de líneas de acción específicas: Formación integral, comunidades vivas y dinámicas y promoción humana.

«Un plan es un instrumento para lograr un objetivo», explicó el padre Jorge Cela, al presentar el Plan. «De hecho es nuestra carta de ruta», añadió. «Es una brújula , un mapa en nuestras manos. Supone una razones y afectos que mueven nuestra voluntad y unas informaciones sobre la cambiante realidad».

En unas breves palabras antes de finalizar el encuentro, el cardenal Ortega animó a los presentes a construir el futuro, viviendo el presente plenamente. «Creo que se está haciendo mucho», dijo. «Hagamos el Plan Pastoral con gran espíritu».

Por Araceli Cantero Guibert

ZS06022209

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ZENIT Staff

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