La Iglesia en México asegura tajantemente que no encubre a sacerdotes pederastas

Ante una denuncia presentada contra el cardenal Rivera en los Estados Unidos

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MÉXICO, jueves, 21 septiembre 2006 (ZENIT.orgEl Observador).- La Iglesia católica en México ha reaccionado con presteza ante las acusaciones de encubrimiento de abusos sexuales que se han presentado contra ella en los Estados Unidos.

Mediante un comunicado firmado por el secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), monseñor Carlos Aguiar Retes, los obispos manifiestan su «dolor y solidaridad por las personas víctimas de todo tipo de abusos sexuales», mientras que condenan «las acciones pederastas de cualquier ser humano, sea sacerdote, religioso o laico».

En la misiva, los prelados mexicanos advierten «que quien incurra en ello (en abusos y conductas deshonestas) deberá enfrentar las consecuencias de sus actos frente a las autoridades».

«El crimen de pederastia siempre deberá ser denunciado y condenado, nunca encubierto, por lo que reiteramos nuestra disposición a colaborar con las autoridades encargadas de la procuración e impartición de justicia», subraya el comunicado hecho público este miércoles, tras una andanada de filtraciones periodísticas, según las cuales, sacerdotes mexicanos estarían implicados en estos crímenes.

Sobre las acusaciones vertidas en un tribunal de Los Ángeles, California, los obispos mexicanos se mostraron confiados «en que las autoridades se apegarán a la rigurosa búsqueda de la verdad, en respeto al principio de la presunción de inocencia y en un marco de protección a la dignidad y los derechos de la persona humana».

Anteriormente, la Arquidiócesis Primada de México había pedido a los fieles que si conocían algún caso de abuso sexual, lo denunciaran a las autoridades competentes.

Mediante un comunicado de prensa, firmado por el encargado de comunicación social, el padre Hugo Valdemar Romero, la Arquidiócesis Primada de México calificó de «grave y desproporcionada» la acusación de «conspiración internacional» en contra del cardenal Rivera Carrera.

Dicha demanda la interpuso en Estados Unidos la Red de Sobrevivientes de Abusos de Sacerdotes (SNAP, por sus siglas en inglés) y el demandante, Joaquín Aguilar, quien acusó al primado de México de encubrir al padre Nicolás Aguilar Rivera.

El comunicado afirma que el cardenal Rivera Carrera «siempre ha deplorado y condenado públicamente el crimen perverso de la pederastia; ha advertido a sus sacerdotes que si alguno de ellos delinque tendrá que enfrentar las consecuencias de sus actos ante los tribunales tanto canónico como civil, sin que gocen de ninguna protección por parte de la Arquidiócesis, y también, en reiteradas ocasiones, ha pedido públicamente a los fieles que si conocen algún caso de abuso sexual sea denunciado tanto a las autoridades civiles como eclesiásticas».

«Resulta sorprendente, dice el comunicado, que el señor Joaquín Aguilar y la asociación SNAP, actúen con un profundo desprecio a las leyes mexicanas y al Poder Judicial de nuestro país, interponiendo una demanda de un supuesto delito cometido en la ciudad de México en una corte extranjera, la del Estado de California, en los Estados Unidos de América».

Más adelante, señala que se trata de una «actitud extraña que deja mucho que desear en cuanto a las verdaderas intenciones de quienes apelan, más que a la legalidad, a los golpes mediáticos que persiguen oscuros fines alejados de una auténtica justicia para las victimas».

Finalmente, termina diciendo el comunicado de prensa de la Arquidiócesis primada, «el cardenal Norberto Rivera Carrera en ningún momento encubrió al padre Nicolás Aguilar, ni ha participado en complot alguno para dar asilo en México a sacerdotes delincuentes acusados de abusos sexuales».

Por eso advierte que «una vez que sea notificado por los conductos oficiales de la demanda interpuesta el día de hoy en los Ángeles California, de acuerdo con sus abogados, se reserva dar la respuesta adecuada a los requerimientos legales que juzgue convenientes».

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ZENIT Staff

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