MÉXICO, viernes, 12 enero 2007 (ZENIT.org–El Observador).- Mediante una carta pública, los obispos de México agradecieron el trabajo del nuncio apostólico Giuseppe Bertello, quien ha sido designado por el Papa Benedicto XVI como nuncio apostólico en Italia a partir del próximo mes de febrero.
«En nombre del episcopado mexicano –apunta la misiva– le expresamos nuestro agradecimiento por su amistad cordial y por su eficaz auxilio en nuestra misión episcopal. Sentimos su partida de México y lo extrañaremos».
El arzobispo Bertello fue nombrado nuncio apostólico en México por el Papa Juan Pablo II el 20 de diciembre de 2000. Desde entonces, ha participado tanto en la normalización de las relaciones entre la Iglesia católica y el Estado mexicano, como en la reforma interna de la Conferencia del Episcopado Mexicano.
El último de los cometidos que ha cumplido el nuncio Bertello en México fue la puesta en marcha de una reestructura de las provincias eclesiásticas en las que se divide el país con el segundo mayor número de católicos del mundo.
El Santo Padre Benedicto XVI aceptó, el 25 de noviembre pasado, la propuesta que hicieron los obispos de México, de crear cuatro nuevas Provincias Eclesiásticas: Baja California, Bajío, Hidalgo y Chiapas, que se suman a las 14 existentes.
También aceptó, sin cambio alguno, la propuesta que, en votación secreta, se hizo para las nuevas sedes arzobispales: Tijuana, León, Tulancingo y Tuxtla Gutiérrez.
Este viernes, el todavía nuncio Bertello se encontraba en Tuxtla Gutiérrez, en la ceremonia de lectura de la bula pontificia mediante la cuál se eleva ésta sede del Estado de Chiapas a rango de arquidiócesis, quedando bajo el mando del nuevo metropolitano, monseñor Rogelio Cabrera López.
Este mismo mes hará lo mismo con las nuevas arquidiócesis de Tijuana, León y Tulancingo, elevando al rango de arzobispos a monseñor Rafael Romo Muñoz, monseñor José Guadalupe Martín Rábago y monseñor Pedro Arandadíaz Muñoz, respectivamente.
En su carta de agradecimiento, los obispos mexicanos aseguraron confiar en «que la comunión profunda que nos une en el deber que compartimos al servicio de la Iglesia y por tanto de la dignidad humana y de la convivencia pacífica entre los pueblos, seguirá animándonos siempre en nuestras actividades».
Obispos y líderes políticos de todo el país coincidieron en señalar que el arzobispo Giuseppe Bertello, nuncio apostólico, cumplió un trabajo eficaz, con discreción y fuerte arraigo entre el episcopado mexicano.
Ha sido frecuentemente identificado como el nuncio de la transición democrática de México, pues estuvo al cargo de la representación diplomática vaticana a lo largo del sexenio de Vicente Fox, primer presidente que no pertenecía al Partido Revolucionario Institucional (PRI) tras 71 años de este partido en el poder.
