La Iglesia en México pide un pacto social para 2006

El cardenal Rivera exige un acuerdo político

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MÉXICO, lunes, 9 mayo 2005 (ZENIT.orgEl Observador).- Al concluir, el pasado fin de semana, uno de los capítulos más aciagos de la política mexicana en los últimos tiempos –fruto del posible desafuero del alcalde de Ciudad de México, Andrés Manuel López Obrador, y su posterior inhabilitación para competir en las elecciones presidenciales–, el cardenal y arzobispo primado de México, Norberto Rivera Carrera, exigió un pacto de alcance nacional entre todas las fuerzas políticas de México.

El purpurado dijo, en conferencia de prensa, que las elecciones presidenciales de 2006 deben desarrollarse en un ambiente de paz para que cada aspirante muestre sus propuestas políticas y sean los mexicanos –y no los tribunales– los que, finalmente, decidan qué rumbo tomar: el del continuismo con el actual partido en el poder (el Partido Acción Nacional); el recuperar el pasado (con el Partido Revolucionario Institucional, que gobernó México de 1929 a 2000), o el del giro a la izquierda (con el Partido de la Revolución Democrática, al cual pertenece López Obrador).

El cardenal Rivera Carrera se congratuló del encuentro que –tras once meses de distancia– tuvieron el presidente de México, Vicente Fox Quesada, y el alcalde de Ciudad de México, Andrés Manuel López Obrador, en la residencia oficial de Los Pinos, encuentro que puso punto final a una espiral de acusaciones que estaba crispando el ambiente de todo el país y podría desembocar en conflictos de carácter violento.

«Esos son los caminos que necesita México, de reconciliación, de diálogo y ojalá también se diera una invitación a un pacto nacional», subrayó el cardenal Rivera Carrera quien abundó sobre el pacto diciendo que es la única forma de garantizar comicios legales y pacíficos.

De lo contrario, agregó el purpurado, se corre el riesgo de que no se respeten y se dejen de lado a las instituciones y las leyes, lo que provocaría que «cada quien quiera correr su carrera a su modo».

El proceso de desafuero, motivado por un leve desacato de López Obrador a un mandato judicial, tuvo su punto central el pasado 24 de abril cuando se convocó una marcha silenciosa en el Distrito Federal, en apoyo al alcalde y en repudio de una medida que la gente consideró como una decisión política para echar fuera de la contienda al popular alcalde de la megalópoli mexicana.

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ZENIT Staff

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