CIUDAD DEL VATICANO, lunes, 21 febrero 2005 (ZENIT.org).- El arzobispo John Patrick Foley, presidente del Consejo Pontifico para las Comunicaciones Sociales, considera que «la Iglesia es comunicación» por lo que invita a no tener miedo ante el mundo de los medios.
El arzobispo hizo estas declaraciones este lunes ante los periodistas reunidos en la Sala de Prensa de la Santa Sede durante la presentación de la nueva carta apostólica de Juan Pablo II dirigida a los responsables de las comunicaciones sociales, «El rápido desarrollo».
Tras confesar que «me emocioné sinceramente al leer las palabras del Papa Juan Pablo II en su carta», el prelado añadió que «el documento es para mí una meditación personal, un desafío y un plan de acción».
En su intervención durante la presentación del documento a los periodistas, el arzobispo norteamericano recordó una comida que mantuvo junto a otros miembros de su dicasterio vaticano con el Papa hace un año, en la que recordaron anécdotas ligadas al decreto Inter Mirifica, el texto del Concilio Vaticano II dedicado a los medios de comunicación y del que se han celebrado recientemente cuarenta años.
«Por primera vez un Concilio de la Iglesia había tratado específicamente el tema de las comunicaciones sociales», subrayó el presidente del dicasterio vaticano.
El arzobispo se mostró partidario de una comunicación fluida entre la Iglesia y los medios y admitió que se siente confundido cuando en los periódicos se cita a «una fuente autorizada vaticana», sin decir el nombre de la persona que ha dado la información.
«Para mí, si una persona expresa su parecer tiene que aparecer con nombre y apellidos. Si no se hace así y se pide el anonimato, me parece o que tiene miedo o que quiere manipular al periodista», consideró.
Por su parte, el secretario del Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales, el obispo Renato Boccardo, respondió a una periodista que le preguntaba si el Vaticano se daba por aludido con las palabras del Papa de «no tener miedo a los medios».
«El Papa escribe que la comunicación exige transparencia –reconoció– y la invitación es para todos, para quien está dentro y para quien está fuera».
Monseñor Boccardo admitió que en este sentido «hay todavía un camino que recorrer y hay cosas que se pueden perfeccionar».
