La Iglesia misionera de Burkina Faso

Habla el presidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Rouamba

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ROMA, martes 16 de marzo de 2010 (ZENIT.org).- Los obispos de Burkina Faso se encuentran en Roma de visita ad limina Apostolorum, una ocasión para “renovar nuestros lazos de comunión con el Santo Padre”, según afirmó ante los micrófonos de Radio Vaticana, monseñor Séraphin François Rouamba, obispo de Koupéla, una pequeña ciudad ubicada en el oriente de este país africano.

Monseñor Rouamba, también presidente de la la Conferencia Episcopal de Burkina Faso y de república del Níger, aseguró que uno de los desafíos para la Iglesia en este país es el de cultivar la vocación misionera.

“Debemos anunciar nuestra fe en todas las diócesis”, asegura el obispo “los sacerdotes deben aceptar ir donde sea necesario, en Burkina y también fuera del país”.

Ecos del Sínodo

El obispo de Koupéla se refirió también a los frutos del último sínodo de África, realizado el pasado mes de octubre en el Vaticano: “Al comienzo estábamos un poco escépticos”, confiesa “pero luego nos dimos cuenta de que era oportuno porque cuando vemos la África de hoy, el problema de la justicia y de la paz, es verdaderamente muy actual”.

“Creo que el Papa ha tenido una buena idea al escoger este tema para nuestra Iglesia en África”, comenta el prelado. “Es necesario decir que las Iglesias africanas ya habían puesto el problema de la justicia y la paz en el centro de atención”.

El obispo destacó también la mediación de la Iglesia en este y otros países en el tema de la reconciliación:

“Por ejemplo en Burkina Faso”, comenta, “la Iglesia ha contribuido junto con otras confesiones religiosas y autoridades tradicionales a buscar vías para una reconciliación duradera, porque nuestras diferentes comunidades nacionales han vivido fracturas terribles”.

Un sínodo que “ha fortalecido las convicciones de los cristianos y ha apoyado sus iniciativas”.

“Estamos seguros de que la próxima exhortación apostólica post – sinodal pondrá bases muy sólidas en esta obra”, indica.

Iglesia en crecimiento

El arzobispo de Koupéla, aseguró que en su diócesis se bautizan anualmente 5 mil niños y cerca de 4.800 adultos.

Según las últimas estadísticas los católicos representan un 19 % de la población total, los protestantes un 4% y los musulmanes un 60,5%. A las religiones tradicionales africanas pertenecen cerca de un 15% de los habitantes de Burkina Faso.

El prelado aseguró que dentro de los desafíos de la Iglesia está la promoción de las comunidades cristianas de base, las cuales resultan indispensables para que los fieles “se sientan una familia y puedan compartir juntos su fe, amor y su esperanza”.

También aseguró que otro de los retos es el tema de la inculturación: “si no evangelizamos nuestra cultura no podremos evangelizar nunca en profundidad nuestros fieles, y podría convertirse en una especie de una evangelización superficial”.

Y confiesa que sobre este tema: “todavía somos demasiado tímidos, pero como estamos todos convencidos de la necesidad de esta inculturación. En este sentido, los esfuerzos continuarán”.

Una Iglesia que cuenta con la cooperación de los laicos, especialmente en el trabajo catequético: “El catequista y su familia en muchos lugares son la única expresión de la Iglesia”, indica.

El prelado informó que en Ouagadougou, la capital de Burkina Faso, donde tienen una escuela de formación teológica para laicos, les han entregado 45 diplomas tras cuatro años de cursos.

“Para nosotros es muy alentador ver tantos laicos que luego del trabajo vienen donde nosotros, porque saben que necesitan conocer mejor su religión, Jesucristo y testimoniarlo mejor en todas partes”, señala el prelado.

Diálogo interreligioso

Monseñor Rouamba se refirió también a las relaciones de la Iglesia con otros credos y aseguró que pese a las diferencias, la relación con los musulmanes en términos generales es buena: “por ejemplo, cuando hacemos nuestras visitas pastorales en las diócesis, vienen también los protestantes y los musulmanes”, aseguró.

“He tenido comerciantes musulmanes que han venido a buscarme porque quieren contribuir a la construcción de una parroquia. El motivo es sencillo: donde se construye una parroquia se sabe que habrá una escuela, un dispensario y como los católicos no hacemos discriminaciones, se beneficia toda la población”, dijo.

Así los católicos en Burkina Faso se sienten en familia y según monseñor Séraphin François Rouamba, la Iglesia en este país “ha recibido mucho” y “deben ahora corresponder, dentro de los límites de sus posibilidades”.

Por Carmen Elena Villa

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ZENIT Staff

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