La Iglesia no equipara el abuso de menores a la ordenación de mujeres

Actos sancionados en un mismo documento, pero no por ello del mismo género

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CIUDAD DEL VATICANO, viernes 16 de julio de 2010 (ZENIT.org).- La Santa Sede ha aclarado que en ningún momento ha comparado los abusos sexuales contra menores con la ordenación de mujeres sacerdotes, desmintiendo así informaciones publicadas por numerosos medios de información.

Este jueves, la Congregación para la Doctrina de la Fe publicaba las nuevas «Normas sobre los delitos más graves», que contemplan delitos contra la fe, los sacramentos de la Eucaristía, la Penitencia y el Orden Sacerdotal, por tanto, sancionan la ordenación de mujeres, y naturalmente los delitos de abuso sexual contra menores por parte de miembros del clero.

La inclusión en un mismo documento de estos diferentes actos ha sido criticada por varios medios de comunicación, en particular, por quienes promueven la ordenación sacerdotal de mujeres en el seno de diferentes comunidades eclesiales.

El fiscal de la Santa Sede, monseñor Charles Scicluna, aunque ya había dejado clara la diferencia de estos dos actos en la presentación, ha tenido que volver a ofrecer declaraciones a la prensa este viernes para aclarar que el hecho de que diferentes comportamientos formen parte de un solo documento no significa que sean comparados.

«Están en el mismo documento, pero esto no les pone al mismo nivel o les atribuye el mismo nivel de gravedad», ha explicado este viernes monseñor Scicluna, quien ha ofrecido su colaboración a la redacción de estas normas.

Por su parte, monseñor Donald W. Wuerl, arzobispo de Washington, presidente del Comité para la Doctrina de la Fe de la Conferencia Episcopal de los Estados Unidos, ha dado la bienvenida a este documento en el que, según constata, se muestra la importancia que la Iglesia atribuye al sacramento del Orden Sacerdotal.

«Los siete sacramentos son una parte integral e identificante de la Iglesia católica y de la vida de fe de cada católico», afirma, para mostrar la gravedad de quien se atribuye la autoridad para ordenar mujeres sacerdotes.

«La Iglesia católica a través de su larga y constante enseñanza afirma que la ordenación ha sido reservada desde el inicio a los hombres, un hecho que no puede cambiarse, a pesar de los cambios de los tiempos», indica el prelado.

Monseñor realiza de este modo un sentido homenaje a la contribución que ofrece la mujer en la Iglesia.

«Todos los católicos están llamados al servicio cristiano. Las mujeres han respondido con generosidad extraordinaria. Históricamente, las mujeres han tenido un papel esencial en la vida de la Iglesia. Esto se ha podido constatar particularmente a través de su trabajo voluntario en las parroquias, en su servicio profesional y en su participación en las comunidades religiosas, movimientos seglares y otras organizaciones, donde sirven en una serie de áreas como la salud o la educación».

«Hoy las mujeres ofrecer su servicio a la Iglesia en posiciones de responsabilidad a todos los niveles. Las mujeres desempeñan casi la mitad de las posiciones administrativas y profesionales de las diócesis, un hecho favorable comparado con el resto de la mano de obra en los Estados Unidos. Las mujeres desempeñan en torno a un cuarto de las posiciones diocesanas más elevadas, como la de canciller, superintendente de escuelas, responsable de finanzas. En torno al 80 por ciento de los agentes pastorales laicos son mujeres».

«La gratitud de la Iglesia a las mujeres no puede afirmarse suficientemente –concluye–. Las mujeres ofrecen una visión única, capacidades creativas y una generosidad característica en el corazón mismo de la Iglesia católica. Su actividad y su participación determinante explica mucho de lo que hace que la Iglesia católica sea una fuerza poderosa para el bien y la santidad».

 

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ZENIT Staff

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