LISBOA, viernes 4 de septiembre de 2009 (ZENIT.org).- «Vivir con las puertas cerradas es una actitud antieclesial. La Iglesia no es un apartheid religioso, de espaldas a un mundo peligroso y adverso. Es signo de salvación, de paz y de bien para todos», afirma el secretario de la Conferencia Episcopal Portuguesa (CEP).
El padre Manuel Morujão ha publicado un dossier estos días a través de la agencia católica lusa Ecclesia, en preparación de las Jornadas Nacionales de Comunicación Social, que se celebrarán el Fátima del 10 al 11 de septiembre próximos.
En el documento, Morujão da una serie de orientaciones para la estructuración de gabinetes de prensa en las instituciones de la Iglesia católica.
«Salir del templo, comunicar con el mundo, es fundamental para llevar la buena nueva de Jesús», afirma Morujão. «No hay que esperar a que las condiciones sean ideales, sino que hay que empezar ya este trabajo de comunicación».
El portavoz de la CEP afirma que no basta con quejarse cuando los medios de comunicación presentan la vida de la Iglesia con «distorsiones de la realidad, falsas interpretaciones o el relieve dado a las cosas negativas», cuando «hay tantas buenas noticias sobre la Iglesia que podrían destacarse».
Hacer simplemente un diagnóstico, añade Manuel Morujão, «por más real y objetivo que sea, no cura a un enfermo. Es preciso pasar a la aplicación de los remedios convenientes», uno de los cuales, precisamente, es la creación de gabinetes de prensa.
Éstos son, aclara, «puentes de tránsito en los dos sentidos, entre las diversas instituciones de la Iglesia y, sobre todo, con el mundo que las rodea» y que, en primer lugar, fomentan «una relación abierta y cordial con los diversos medios de comunicación».
Los medios son «multiplicadores, sin fronteras, de buenas y malas noticias, objetivas o tendenciosas. Tenemos que proporcionar una información correcta. Las buenas relaciones y la cordialidad que debemos cultivar no son un regalo que se reserva a quien piensa como nosotros. Quienes más necesitan recibir este regalo gratuito son los que no están de acuerdo con nosotros e incluso compaten a la Iglesia».
Morujão indica como necesario tener un portavoz «con fidelidad creativa, que asuma como propia la opinión que representa, y que esté disponible para responder a las preguntas de los periodistas, tomando la iniciativa de pasar informaciones o comunicados».
El secretario de la CEP señala también que el objetivo de los gabinetes debe ser «facilitar la creación de una opinión pública favorable a la Iglesia en general y concretamente, a la institución a la que representa», a través de «un márketing serio, regido por la verdad».
Otra función del gabinete es «organizar un servicio de revista de prensa (clipping), recorriendo a una firma especializada, o a través de un asesor que haga una consulta de las publicaciones», para «tener una imagen de lo que se dice de la Iglesia para ayudarnos a intervenir tempestivamente, ofreciendo una información oportuna».
Morujão añade que «un gabinete de prensa nunca debe estar formado por una sola persona, por más competente que sea».
«Sólo así se podrá estar atento a las diversas sensibilidades y puntos de vista. Deberá integrar a gente con formación específica en comunicación social», y «un simple Manual de Funciones ayudará a todos: ¿que compete a quién?».
Recordando que vivimos un tiempo «de comunicación global e instantánea», el secretario advierte que «un gabinete de prensa exige una cierta rapidez en dar noticias, en proponer opiniones que ofrezcan criterios de lectura de los acontecimientos, en presentar opiniones de expertos».
Morujão propone también organizar «ficheros competentes», con «especialistas en diversos ramos del saber, a quienes podamos pedir colaboraciones; instituciones similares que sean fuentes de información; agenda de acontecimientos».
La última recomendación del secretario de la CEP es la de «no esperar a tener «todas las condiciones ideales para empezar un gabinete de prensa».
«El camino se hace caminando. Comenzar como sea posible, aunque falten medios técnicos y un equipo estable y completo».
