La Iglesia pide una cultura de la paz entre Colombia, Venezuela y Ecuador

Encuentro de los presidentes de los Episcopados de los tres países

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BOGOTÁ, lunes 30 de noviembre de 2009 (ZENIT.org).- Los presidentes de las conferencias episcopales de Colombia, Ecuador y Venezuela, se reunieron este viernes en Bogotá, Colombia, y pasaron revista a la situación de sus países en temas pastorales, económicos, sociales y políticos. Los pastores reiteraron su propósito de trabajar y prepararse no para la guerra sino para la paz y la convivencia entre sus naciones.

En una rueda de prensa tras la reunión, monseñor Rubén Salazar Gómez, presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), afirmó que Colombia “nunca debe estar preparada para la guerra y sí estar preparados para la paz”, informa la Conferencia Episcopal de Colombia.

De esta manera, el Presidente de la CEC hizo alusión a declaraciones del ministro de Defensa, Gabriel Silva Luján en tal sentido. Aclaró no obstante que eso no significa que “debamos estar en una pasividad para dejarnos ofender”.

El presidente del Episcopado colombiano dijo frente al embargo comercial impuesto por el gobierno venezolano, que “los más afectados son las empresas y personas que viven en la frontera” e indicó que es “un atentado contra la economía de los dos países”.

También recordó las declaraciones del presidente venezolano Hugo Chávez, en el sentido de estar preparado para la guerra si se quiere la paz. “Eso fue algo que se usó en el mundo pagano donde no había respeto por la dignidad humana ni por la fraternidad”, afirmó.

Monseñor Ubaldo Ramón Santana, presidente de la Conferencia Episcopal de Venezuela, aseguró que a la Iglesia Católica le corresponde trabajar en pos del entendimiento entre las iglesias y los pueblos de ambas naciones.

El arzobispo de Maracaibo, admitió que mira “con cierta inquietud que se están deteriorando algunos términos de una convivencia que secularmente ha sido pacífica entre los pueblos colombianos y venezolanos”. Añadió que la Iglesia venezolana “hace todo lo posible para que las relaciones no se sigan deteriorando y que los problemas se detengan a tiempo”.

Sin mencionar por su nombre a nadie, dijo que “hay gobernantes que han dejado un poco de lado a sus pueblos para poner en un lugar prioritario otros intereses de tipo particular o político”. Precisó que por ello la Iglesia debe “apelar a la conciencia y a la sabiduría de los gobernantes para que desarrollen la cultura de la paz”.

Se pronunció acerca de la posible presencia de cabecillas guerrilleros en territorio venezolano e indicó que “la frontera necesita una protección especial… Creemos que es una zona particularmente delicada que tenemos que cuidar mucho para que no se vuelva santuario de ningún grupo irregular”.

Por su parte el presidente de la Conferencia Episcopal de Ecuador, monseñor Antonio Arregui Yarza, reiteró que la carrera armamentista no tiene sentido y se trata de “gastar los recursos que tanto necesitan nuestras escuelas y hospitales”.

El arzobispo de Guayaquil afirmó que la iglesia de su país ve con complacencia que los gobiernos de Ecuador y Colombia están limando asperezas y subrayó la buena voluntad que impera para que la frontera sea despejada de actividades delictivas.

Destacó que el gobierno de Rafael Correa respeta a la Iglesia Católica pero lamentó que los ecuatorianos están padeciendo una realidad preocupante “por un incremento de la inseguridad, el acoso a libertades, especialmente de expresión, y las denuncias no desmentidas de corrupción en la administración pública”.

Monseñor Rubén Salazar, anfitrión de la reunión, concluyó afirmando que la reunión de los representantes de los Episcopados de los tres países andinos “fue muy importante” porque les permitió “tomar el pulso de la iglesia” en sus países. “Hacemos un llamado general y permanente a los pueblos: que jamás alberguen deseos de guerra”.

Por Nieves San Martín

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ZENIT Staff

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