La JMJ y el encuentro con el papa no han defraudado las expectativas

Carta Pastoral de monseñor José Ignacio Munilla, obispo de San Sebastián

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El obispo de San Sebastián, monseñor José Ignacio Munilla, a su vuelta de la Jornada Mundial de la Juventud en Río de Janeiro, ha escrito una carta pastoral en la que narra algunas impresiones y reflexiones sobre esta experiencia.

En la carta afirma que «la atención de esta JMJ estaba centrada principalmente en el encuentro del papa Francisco con la juventud católica. Y ciertamente, sin ningún género de duda, podemos afirmar que no ha defraudado las expectativas».

A continuación comenta algunos aspectos centrales del mensaje del Papa Francisco: 

En primer lugar, «en cuanto a la comunicación se refiere, pienso que es digno de resaltar el estilo tan directo, convincente e interpelante utilizado por el Papa Francisco»  aproximándose  «al género del predicador de los ejercicios espirituales, en el que se coloca al interlocutor ante la necesidad de dar una respuesta personal a la llamada de Dios».

En segundo lugar, «el papa Francisco ha subrayado la importancia de ladimensión misionera de la Iglesia, lo cual requiere la libertad evangélica necesaria para buscar nuevas fórmulas de evangelización. Y por ello el papa nos ha dicho cosas tan atrevidas como: “No, a un cristianismo almidonado”, “tenemos que salir a las periferias”, “tenemos que conseguir que los más alejados de la fe sean nuestros invitados VIP», señala monseñor Munilla.

En tercer lugar, «el papa Francisco ha transmitido una idea muy clara sobre la inserción social de la Iglesia. Por una parte, no se ha cansado de repetir que la Iglesia no es una ONG»; es decir, «que si redujésemos la labor de la Iglesia a sus obras sociales, estaríamos adulterando el Evangelio».

De hecho, señala el obispo de San Sebastián «una de las cosas que más nos ha impactado a quienes hemos acudido a esta JMJ, ha sido la penetración tan fuerte delas sectas que está teniendo lugar en Latinoamérica» y matiza que «acaso esto haya acontecido en buena medida, porque la acción de la Iglesia Católica se ha centrado unilateralmente en su labor social». De ahí que recuerda que el papa ha sido muy claro con al pedir a los jóvenes «su implicación en favor de la justicia social. Fue memorable su llamamiento a “no balconear”; es decir, a no mirar el mundo desde el balcón, sino a bajar a la calle e implicarse en la trasformación del mundo»

En cuarto lugar, «el papa Francisco ha remarcado en todo momento su apuestapor los pobres, por los más jóvenes y por los ancianos. Los que no cuentan para este mundo, son los preferidos de Dios». En esta línea, «han llamado la atención los continuos gestos realizados por el papa, en pro de una mayor austeridad en la vida de la Iglesia, en pro de una mayor solidaridad con los desheredados de este mundo, y en pro de un compromiso inequívoco con la vida»

Finaliza monseñor Munilla recordando que «alguien dijo que Juan Pablo II fue el papa que visualizó la Iglesia —el papa de la esperanza—; Benedicto XVI, el papa que la formó e interiorizó —el papa de la fe—; y Francisco, será el papa que lleve a Iglesia a la coherencia de la conversión —¿el papa de la caridad?—¡Que así sea, y que el Señor nos conceda la gracia de que nuestra juventud se suba a la ola de este momento apasionante en la vida de la Iglesia!»

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ZENIT Staff

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