La lucha contra la corrupción, un acto de caridad; según Benedicto XVI

Al recibir la visita «ad limina» de los obispos de Madagascar

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CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 19 junio 2005 (ZENIT.org).- La lucha contra la corrupción y por construir una sociedad cada vez más justa constituye para los cristianos, en particular para los laicos, un acto de caridad que surge como manifestación de la amistad con Cristo, asegura Benedicto XVI.

Así lo constató este sábado al encontrarse con los obispos de Madagascar al concluir su quinquenal visita «ad limina apostolorum» al Papa y a sus colaboradores de la Curia romana.

El pontífice propuso a los prelados orientar a los fieles católicos a vivir «la amistad con Cristo» de la que surge «una caridad cada vez más generosa hacia sus hermanos».

«De este modo apoyaréis el compromiso de los laicos de vuestras diócesis en la vida pública, en fidelidad a la vocación que han recibido», aseguró.

«En efecto, al trabajar en el establecimiento de una sociedad más justa, luchando contra la corrupción, la inseguridad y todas las formas de abuso de los más pobres, expresan la solicitud de la Iglesia por el auténtico bien del ser humano», añadió en su alocución, pronunciada en francés.

El sucesor de Pedro reconoció que el ministerio episcopal exige ayudar a «los fieles a adquirir una fe iluminada, arraigada en el encuentro íntimo con Cristo».

«Él debe ser la medida de todo –recalcó–, permitiendo discernir dónde se encuentra la verdad para afrontar los problemas de hoy con una auténtica fidelidad a su enseñanza. Desde esta perspectiva, la inculturación de la fe en la cultura malgache es un objetivo importante».

«La acogida de la modernidad no excluye este arraigamiento, por el contrario, lo exige. Es indispensable apoyarse en una fe iluminada para que tenga lugar un progreso auténtico en la búsqueda de la unidad de los discípulos de Cristo», dijo a los prelados de este país, en el que se da una cotidiana convivencia entre católicos y protestantes.

«El establecimiento de relaciones fraternas y confiadas entre ellos debe asumir las exigencias de la identidad católica en la verdad, evitando todo gesto que no sólo podría confundir a los fieles, sino también apoyar el relativismo religioso», subrayó.

El 23% de los 18 millones de habitantes de la isla de Madagascar son católicos, mientras que los protestantes son el 18%, según datos de «Radio Vaticano». El 52% abraza la religión tradicional animista y el 7% es musulmán.

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ZENIT Staff

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