La minoría católica de Irán se vuelca con las víctimas del terremoto

Declaraciones del nuncio apostólico en Teherán, monseñor Angelo Mottola

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TEHERÁN, 1 enero 2004 (ZENIT.org).- El nuncio apostólico en Teherán, monseñor Angelo Mottola, ha confirmado que, desde el día siguiente a la catástrofe, los pocos miles de católicos de Irán están reuniendo dinero y medicinas para enviar a las víctimas del terremoto que el viernes pasado sacudió la zona de Bam, en la provincia iraní de Kerman.

Fuentes oficiales sitúan el número de víctimas mortales entre 40.000 y 50.000 personas, mientras que el número de heridos es muy superior a estas cifras. Sin embargo, en la zona de Bam, donde el terremoto arrasó la antigua ciudad, no hay cristianos.

«No hay cristianos, pero hay muchos amigos –reconoció monseñor Mottola a “AsiaNews.it”–. Y desgraciadamente no se puede contactar. Los teléfonos móviles tampoco funcionan y estoy preocupado porque no sé aún si estos amigos están vivos o muertos».

«La situación está verdaderamente al borde de la desesperación», subrayó el representante papal, presente en Teherán desde hace casi cuatro años.

En cuanto se supo la magnitud de la tragedia, «el sábado 27 nos reunimos con los obispos de la Iglesia católica y decidimos ayudar en todo lo posible a la población de Bam», explicó.

La comunidad católica iraní en la república islámica es reducidísima: aproximadamente 16.000 fieles en una población de 68 millones. Sin embargo, desde el pasado domingo, en todas las parroquias e iglesias de Irán los católicos han abierto una suscripción para reunir fondos para los damnificados.

En el pasado, especialmente bajo el régimen de Jomeini, los católicos no han tenido una vida fácil. Actualmente, bajo la presidencia de Mohamed Jatami, las relaciones están mejorando.

De hecho, el pasado 28 de diciembre, la Iglesia católica entregó al gobierno un donativo equivalente a 12.500 dólares estadounidenses. «La suma no es grande –admite el nuncio–, pero es un primer signo de cercanía y solidaridad con estos hermanos nuestros».

«Cáritas Internationalis» ya está atendiendo la petición de ayuda ante una situación «verdaderamente horrible», puesto además del «drama de los muertos, los vivos necesitan todo: alimentos, medicinas, mantas, tiendas… No tienen nada, viven en una zona desértica» y para llegar al lugar del desastre «hay sólo un pequeño aeropuerto y una carretera en el desierto», describe el nuncio.

El domingo pasado, antes de rezar el «Angelus», Juan Pablo II hizo un llamamiento a la solidaridad de los católicos de todo el mundo y a la comunidad internacional hacia las víctimas de Bam, una petición que monseñor Mottola confía que sea acogida por el mundo y especialmente por los cristianos.

Las otras comunidades cristianas de Irán, ortodoxas y protestantes, también están recogiendo bienes de primera necesidad para auxiliar a los damnificados.

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ZENIT Staff

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