La «Misión Joven» de Madrid, en camino hacia el Papa

Entrevista con el delegado diocesano de Juventud

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MADRID, miércoles, 25 julio 2007 (ZENIT.org).- Punto de llegada y de partida: así será el encuentro de más de cinco mil peregrinos de la «Misión Joven» de Madrid (España) con Benedicto XVI el próximo 9 de agosto.

En Castel Gandolfo [cerca de Roma] el Papa ha convocado en una audiencia especial al rostro joven de la Iglesia en Madrid, tras una intensa experiencia misionera llamada a continuar próximamente, haciendo protagonista a la familia joven.

Por eso, el cercano encuentro con el sucesor de Pedro supone una confirmación en la fe, pero también un momento en el que el Santo Padre «vuelva a enviar a los jóvenes a ser testigos del Evangelio de Jesucristo», explica el sacerdote Gregorio Roldán Collado, delegado de Juventud de la archidiócesis de Madrid, en esta entrevista concedida a Zenit.

–En síntesis, ¿qué significa la «Misión Joven» para la provincia eclesiástica de Madrid?

–Gregorio Roldán: Es una propuesta original que nos ha hecho el cardenal arzobispo [Antonio María Rouco Varela] y que, junto a los obispos de Alcalá y Getafe, supone que los jóvenes de la Iglesia, el rostro joven de la Iglesia, se ha dinamizado y ha vivido en espíritu de comunión el anuncio y la propuesta del Evangelio de Jesucristo, la persona del Señor.

–La «Misión Joven» se ha articulado en diversas etapas. ¿Nos puede hablar de las que ya se han cumplido, «pre-misión» (entre enero y noviembre de 2006) y «misión» (hasta el pasado abril)?

–Gregorio Roldán: El proyecto de misión de la provincia eclesiástica se inicia como una reflexión previa de consulta a las instituciones de tal provincia -de las tres diócesis y del arzobispado castrense- para ver los modos y los medios. Por lo tanto la «pre-misión» fue un tiempo de consulta en el que todos los miembros que iban a hacer la «Misión Joven» reflexionaron y propusieron -desde su saber hacer- cómo podían vivir desde la Iglesia el anuncio y propuesta del Evangelio.

La etapa de «misión» fue la puesta en marcha de las diferentes acciones, las propuestas globales en cada diócesis, alguna propuesta para el conjunto de la provincia eclesiástica, y sobre todo, lo más enriquecedor, las acciones que se han realizado en los diferentes arciprestazgos y lo que Dios Nuestro Señor, a través de los agentes de pastoral y el encuentro con otros jóvenes, ha supuesto. Es decir, podemos hablar de lo que hemos podido organizar, pero tenemos que guardar silencio ante lo que Dios ha obrado a través del joven misionero y la persona con la que se ha encontrado.

–¿Quién es el joven misionero? ¿Quiénes se han sumado a esta experiencia?

–Gregorio Roldán: Miles de jóvenes, sobre todo universitarios; también jóvenes matrimonios y gente de institutos, y el extracto básico ha sido el mundo de las parroquias. Algunos movimientos también, pero básicamente la institución-agente de la misión han sido centenares de parroquias en la archidiócesis de Madrid e igualmente de Getafe y Alcalá. Y han sido miles de jóvenes los que se han puesto en marcha, se han dinamizado; los sacerdotes también se han encontrado, han reflexionado, han diseñado, han acompañado, han hecho misión propiamente. Es decir, ha sido una respuesta satisfactoria desde las parroquias a quien es su obispo diocesano y una respuesta creativa por parte de los jóvenes hacia la misión.

–¿Qué realidad han encontrado los jóvenes en misión?

–Gregorio Roldán: Ha dependido del tipo de acciones. Es cierto que se han encontrado con gente que les ha dado las gracias por atreverse a hacerlo, gente que les ha ignorado, gente que les ha insultado; es decir, ha habido reacciones que se pueden reflexionar desde lo acontecido, de lo más diverso. Pero lo importante es que se ha demostrado que los jóvenes en la Iglesia pueden ser en esta Iglesia del futuro unos adultos que van a recuperar de un modo más explícito la naturaleza misma de la Iglesia, que es ser misionera, y anunciarlo a todos los pueblos.

–Desde julio comienza la tercera etapa, «post-misión». ¿Cómo se prepara y quiénes participan en ella?

–Gregorio Roldán: En la etapa de «post-misión» participan todos aquellos que han hecho misión. Entre sus objetivos está evaluar todo el trabajo que se ha realizado para recoger frutos y poder proyectar la pastoral de jóvenes en nuestra archidiócesis, con todo lo bueno que ha salido de esta experiencia. Asimismo, en el camino de evaluación de la acción misionera, se verá qué líneas de acción conviene emprender con la pastoral de jóvenes.

El cardenal nos ha vuelto a sorprender con que la misión continúa, con lo cual viviremos una etapa de «post-misión» del primer año y una etapa nuevamente misionera del segundo año en la que los jóvenes seguirán realizando acciones de misión y habrá un acento nuevo -que es la «Familia Joven»- que hay que ir madurando: se trataría de fortalecer la fe de los jóvenes que son matrimonio y que se han constituido en familia para que a su vez den testimonio ante el mundo de la familia que la Iglesia cuida, acompaña y propone; por lo tanto los matrimonios jóvenes y la familia joven serán objeto de cuidado pastoral y de acompañamiento para la misión, y sujeto del anuncio del Evangelio desde su propia experiencia de matrimonios jóvenes y de padres jóvenes.

–La peregrinación a Roma será un momento fundamental en esta iniciativa evangelizadora. Benedicto XVI recibirá a los jóvenes misioneros madrileños. ¿Qué representa para ellos esta acogida tan especial?

–Gregorio Roldán: En un principio teníamos pensado sencillamente ir a Roma y confesar la fe ante las tumbas de los apóstoles Pedro y Pablo, así como participar en la audiencia [general] que el Santo Padre celebra los miércoles. Pero nos ha sorprendido que el Papa haya convocado a todos los jóvenes de la provincia eclesiástica de Madrid a tener un encuentro sólo con él los jóvenes madrileños en Castelgandolfo.

Supone, en primer lugar, un encuentro con quien es el sucesor de Pedro; en segundo lugar, un encuentro que nos confirme en la fe a todos y especialmente a los jóvenes; en tercer lugar, un encuentro en el que el Papa vuelva a enviar a los jóvenes -que han sido acompañados por sus respectivos obispos diocesanos- a ser testigos del Evangelio de Jesucristo. Para algunos es emocionante, para otros ha sido una sorpresa, y para otros es un reto.

–¿Cómo se desarrollará esta peregrinación de la «Misión Joven» a Roma?

–Gregorio Roldán: Las tres diócesis estamos en camino por diferentes rutas. Nos encontraremos todos en Roma el 9 de agosto: todos los jóvenes de Madrid celebrarán una Eucaristía [en la basílica de San Pablo Extramuros] por la mañana, presidida por el arzobispo metropolitano y los obispos de las respectivas diócesis con los auxiliares; seremos unos 5.000 jóvenes congregados ya de las tres diócesis ese mismo día. De ahí partiremos a Castelgandolfo. Para facilitar la participación de todos los jóvenes y de los responsables de Pastoral de Juventud hemos propuesto varias opciones de llegada en peregrinación: una, acompañada desde el principio por el arzobispo en el caso de la archidiócesis de Madrid, y luego otras alternativas para que los jóvenes que quieran participar en la audiencia con Benedicto XVI puedan llegar por su medios y luego incorporarse al ritmo de la peregrinación. Ésta tendrá por las mañanas básicamente celebraciones de la Eucaristía, catequesis y la celebración del sacramento de la Reconciliación, allí en Roma.

Además, durante el camino a la Ciudad Eterna, los madrileños tendremos por las mañanas también ese programa, y en Siena queremos tener una jornada fuerte de encuentro todo el día: pasaremos dos noches y tendremos con el arzobispo la celebración d
e la Eucaristía, una catequesis en Santa Catalina; vísperas en San Francisco. Por la noche, el Ayuntamiento de Siena nos ha permitido usar la plaza para celebrar allí un acto de manifestación de catequesis, de fe, de cultura y música.

[Más información en www.deleju.org]

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ZENIT Staff

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