La ONU corrige a la baja sus previsiones demográficas

Disminuye rápidamente la fertilidad en los países en vías de desarrollo

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NUEVA YORK, 12 marzo 2002 (ZENIT.org).- En India en el 2100 habrá 600 millones de personas menos de las previstas. Y no es una excepción. Lo revela la División de Población del Departamento de Asuntos Sociales y Económicos de Naciones Unidas.

Del 11 al 14 de marzo esta institución ha reunido en Nueva York a un grupo de expertos para debatir sobre el tema «Transición de la fertilidad». Un estudio preparatorio, preparado por John Caldwell (Cf. http://www.un.org/esa/population/unpop.htm) revela sorpresas inesperadas.

La tasa de fertilidad de los países en vías de desarrollo está disminuyendo mucho más rápidamente de lo previsto –de seis hijos por mujer en 1960 a en torno a tres hoy–, hasta el punto de que ahora Naciones Unidas se ha visto obligada a corregir a la baja las estimaciones sobre el crecimiento.

Si en 1999 la proyección media hecha por la ONU preveía, para 2050, un total de 9.300 millones de personas, ahora las últimas estimaciones reducen esta expectativa en al menos 500 millones (un error de casi dos veces la población actual de Estados Unidos, que es de 278 millones de habitantes).

Para 2025, entre los países menos desarrollados, uno de cada cinco estará bajo el «nivel de sustitución», fijado en 2,1 hijos por mujer.

«El declive de la fertilidad –Cadwell en su estudio previo– ha sido persistente en la relativamente acomodada América Latina y en las partes de del sudeste y del oriente asiático que han experimentado un rápido desarrollo económico».

La única zona del mundo en la que el declive de fertilidad es muy lento es la de los 20 países del Africa subsahariana, mientras que otros como Ghana y Kenia, por ejemplo, han experimentado una significativa reducción de la tasa de fertilidad.

En los primeros, la tasa de mortalidad infantil es de más de 150 por mil, la vida media es de 45 años y la renta anual per capita no supera los 850 dólares.

En comparación, en los otros dos países (Ghana y Kenia) la mortalidad infantil es entre 2 y 3 veces inferior y la renta mucho más alta. El doble de niñas en esos dos países van a la escuela.

La educación, empezando por la de las niñas, es un elemento clave del desarrollo y por ello del declive de la fertilidad, constata el estudio.

En este sentido, un estudio de Edward Fiske («Basic Education: Building Blocks for Global Development»), experto de educación del «New York Times» demuestra que, en los países en vías de desarrollo, cada año de instrucción después del tercero de primaria puede llevar a un aumento de la renta del 20%, una reducción de la mortalidad infantil del 10% y una contracción de los nacimientos del 10%.

Otro elemento importante para explicar el rápido declive de la fertilidad es el proceso de urbanización. Se trata de «un fenómeno sobre todo urbano, dado que la naturaleza de las familias, la ocupación de los adultos y los roles y las expectativas para los niños son muy diversos en la ciudad respecto a las zonas rurales», afirma Caldwell.

Todos los datos demuestran que el desarrollo precede a la disminución de la fertilidad y no al contrario, a diferencia de cuanto afirmaron algunas delegaciones en la Conferencia de la ONU de El Cairo en 1994.

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ZENIT Staff

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